Lola Romero: "Ahora las niñas sueñan con ser Amanda o Soni"

-Se abrió el Wanda Metropolitano para el femenino y fuero 22.202 espectadores, ¿se lo esperaba?

-Confiaba mucho en la afición, tenía claro que iban a responder. Confío más en la afición que en el clima, que me tenía más preocupada. Sabía que, mínimo, iba a ser esa cifra. Lo digo por esa pedazo de afición que tenemos, tenía claro que iba a responder con creces.

-Más que el día que se abrió el Calderón, y eso que entonces el rival era el Barcelona...

-Había un condicionante bueno, que era conocer el Wanda Metropolitano. Se abrían las puertas al fútbol femenino, que la gente pudiera conocer el nuevo estado y vivir un partido por cinco euros. Una de las veces que salí fuera para ver como estaba la afición, me pasó una anécdota: Un matrimonio iba con dos niños y el padre les dijo 'Tengo una noticia buena y otra mala, la mala que no hay tour, pero la buena que vamos a ver un partido de fútbol femenino' y los niños pegando botes porque iban a ver un partido. Todo era bastante especial. El club se portó muy bien con todo el mundo poniendo esos precios.

-Quizá el único pero fue el resultado, esperábais más...

-Dado como empezó el partido, sí. Hubo bastantes ocasiones, de hecho, las dos únicas que tuvo el Madrid CFF fueron las que entraron. Es verdad que el miedo escénico nos lo quitamos el día anterior porque fue el entrenamiento, pero en la segunda parte no hubo suficiente reacción. Aplaudo todo lo que pasó. Al final, al día siguiente conservamos el liderato, pero sí me hubiera gustado brindar una victoria afición.

-Otro récord se batió en la televisión. Por segunda semana seguida se han superado los registros de televidentes en el fútbol femenino...

-Creo que es la imagen de cómo está creciendo el fútbol femenino y lo visual y vendible que es. El fútbol femenino está calando en los padres, las familias, la masa social... y en todo el mundo que ve una oportunidad de que algo que siempre ha sido considerado un mundo de hombres se haya abierto al femenino. Y, además, con la particularidad que ya no es una función social, sino que también es un espectáculo. Ya no van a arropar a las chicas, sino que también por ver cómo ganan.

-Usted lleva toda la vida luchando por el crecimiento del fútbol femenino y es una de las pioneras en España, ¿cómo ha visto la evolución en estos dos últimos años desde la llegada de Iberdrola?

-Es verdad que el apoyo ha ayudado mucho. El primer empujón fue el de LaLiga, que sigue existiendo, e hizo que al final todos los pusiéramos las pilas. Ha sido un empujón para todos. Otro espaldarazo fue el del CSD con el proyecto Universo Muje; también Iberdrola, que ha dado nombre a la liga; que entráramos en los hogares gracias a Mediapro; la RFEF que también aporta su granito de arena, no sólo en las selecciones, sino también para los clubes; ahora somos parte del Comité Nacional. Al final hemos conseguido llevar por bandera la unión, que es lo más importante, y siempre hace la fuerza. Si ha crecido tanto el fútbol femenino es, sobre todo, por lo unidos que hemos estado todos. Esa asociación nueva de clubes que se ha creado con 58 clubes entre Primera y Segunda, LaLiga, con un departamento único para trabajar por el fútbol femenino, la Federación puliendo a todos, el CSD dando un tittle de sponsor que es importante...

-Crece mucho, pero el apellido al fútbol femenino no se lo quitan...

-Es difícil, pero no creo que los apellidos sean malos. Es como un Pablo y un Pablo hijo, es con cariño para distinguirlos, no me parece malo. No hay nada malo ni discriminatorio, es para distinguir. A mi me parece normal.

-Se está dando normalidad al fútbol femenino y ya no es raro que una niña sueñe con ser futbolista, ¿esto es el paso más importante?

-Las niñas ya sueñan con ser Amanda Sampedro o Soni por encima de un jugador. Se fijan en las chicas y quieren ser como ellas. Es lo más bonito de todo. Que tengan referentes es importante porque es un referente real. Una niña nunca podrá ser Griezmann o Diego Costa. Antes no había referencias y ahora sí, ahora imitan los gestos de Amanda o Soni, de jugadoras. Quieren llegar a ser ellas. Ven una oportunidad de ser futbolista, que es lo que más les ilusiona y ser futbolistas en femenino. Es imposible que una niña que quiere jugar al fútbol, en un Ayuntamiento o colegio te digan que no hay niñas para jugar. Hay que permitir que esas niñas cumplan su ilusión, que es ser futbolistas.

-El nivel que está dando la Liga Iberdrola y la competitividad están dando más vida a la competición, está todo en un puño...

-Está muy emocionante porque además ya no hay rival pequeño. Tienes un matagigantes que es el Granadilla, un Sporting de Huelva que empata a todo un Barcelona o el Rayo que nos ganó a nosotras en casa. Hablamos de la imagen, ya no hay rivales pequeños ni gigantes, todos pueden ganar y perder. Para el espectador es vital que haya competitividad. Si le das de qué enamorarse se va a quedar, eso es lo bonito que hemos conseguido, enamorar al espectador y entrar en los hogares, ha sido lo mejor y lo más bonito que hemos podido hacer. El otro día en la grada había un arcoiris, había de todo, fue mágico y según llegan más cosas, cada vez es más entrañable. Se marca un antes y un después. Que el fútbol masculino crea en el fútbol femenino, que crea por convicción y no por imposición, que lo arrope... es una forma de hacer ver que todos tenemos cabida en el fútbol.

-Quedan siete partidos para termina la competición, ¿siete finales?

-Somos de la filosofía cholista del partido a partido. El otro día teníamos la liga perdida y después ya volvíamos a ser los primeros. Ahora toca ir a Tenerife a sacar el mejor resultado posible, pero es un matagigantes... no hay un candidato definido para el título. Vamos a ganar los siete partidos. Al final todos tenemos que intentar ir a por las siete finales y a ganarlas, pero es verdad que cualquiera puede pinchar en cualquier momento.

-¿Le falta al Atlético hacer un buen papel en Europa?

-Hemos tenido mala suerte en el sorteo. La idea es dejar de ser sparring de las Champions. Hemos tenido mala suerte en losdos sorteos: el año pasado el OL, que quedó campeón, y este el Wolfburgo, que estoy convencida que llega a la final de la Champions.

-¿Dónde está el techo del fútbol femenino, si es que lo hay?

-Yo no lo voy a ver. Estoy segura que esto no tiene tope. Igual que el masculino ha llegando a un tope alto, este de momento no tiene techo. Todavía nos queda tanto por recorrer que hay que ir poco a poco y llegaremos a lo máximo. Conforme vayamos evolucionando iremos reinventándonos. Ojalá lleguemos lo más lejos posible. Que cada vez enganche más publico. Hemos conseguido hacer ver que el fútbol femenino gusta, enamora e interesa a las masas. Es una inversión de futuro que ya no es futuro, es presente.