Los canteranos del Espanyol se topan con una barrera histórica

Hoy se cumplen 14 meses del último debut oficial de un canterano con el Espanyol. El agraciado, el 21 de enero de 2017, fue Marc Navarro, integrante de la llamada Generación Chen. Una quinta que no está contando con sucesores esta temporada, en un frenazo de la proyección de la cantera en el primer equipo. En las tres últimas décadas, ésta es solo la tercera vez en que ningún jugador procedente del filial se estrena entre los profesionales. Aunque restan nueve jornadas para enmendarlo.

No se puede decir que el club haya renunciado ni mucho menos a su fútbol base, pues los números del filial son históricos (el mejor equipo de siempre en el Grupo V de Tercera) y la primera plantilla cuenta con 12 canteranos, todos con ficha profesional, que serían más si Joan Jordán no se hubiese traspasado al Eibar. Sin embargo, ni todos los que están gozan de las mismas oportunidades ni los que brillan en el B vislumbran un estreno en Primera a corto plazo, como hubiera sucedido en otras circunstancias. Incluso en la Supercopa de Catalunya, a donde Quique Sánchez Flores se llevó a ocho canteranos, solo dio minutos a tres: Pedrosa, Puado y Álex López.

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Estos dos últimos también integraron la estadía de pretemporada en Alemania, la más nutrida de chavales del fútbol base que se recuerda, con nueve componentes: los dos citados, más Pibe, Pol Lozano, Royo, Pipa, Lluís, Adri López y Edu Frías. Muchos también se entrenan a menudo con los ‘mayores’. Tanto Edu como Álex Domínguez, ambos porteros, son los únicos futbolistas del filial que han aparecido en convocatorias del primer equipo, y siempre por obligación, debido a la baja por lesión de Diego López y la inclinación de Quique por contar con tres guardametas en las listas.

Los actuales canteranos de la plantilla profesional tampoco corren la misma suerte. De hecho, conforman dos grupos muy distantes. Por un lado, los que juegan con aisiduidad: Gerard Moreno, David López, Aarón, Darder y Navarro. Por otro, los que apenas están recibiendo el favor del técnico: Javi López, Melendo, Dídac, Marc Roca y Sergio Sánchez. A ellos se unen Álvaro Vázquez, cedido al Nàstic, y Pau, que juega mientras Diego está lesionado.

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La ausencia de debutantes no solo puede frenar la progresión, sino que contradice la principal seña de identidad del club y, en cierto modo, merma el apego del aficionado, sobre todo en una temporada gris como la actual. 99 canteranos han llegado al primer equipo en los últimos 30 años, lo que corresponde a un promedio de más de tres por curso.

La demostración está en cómo se identificó la grada con la propia Generación Chen, igual que sucedía en la época de Mauricio Pochettino (Víctor Ruiz, Márquez, Baena, Javi López...), anteriormente con los Jarque (dep), Moisés Hurtado, David García, Coro o Chica, y por supuesto con la Quinta de la Intertoto (Tamudo, Sergio, Capdevila, De Lucas...) y el ‘Yo cantera’ de mediados de los 80 (Tintín Márquez, Mauri, Orejuela, Gallart...), el origen de la mítica Copa UEFA 1987-88.

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Además de todo ello, en un club que no puede evitar ser vendedor si pretende crecer, la cantera representa el mejor activo. Puede suceder con Aarón, y se multiplicará cuantos más lleguen al primer equipo. Eric Bailly, por ejemplo, salió por 5’6 millones en un momento de máximos aprietos económicos. La plataforma ‘Futur Espanyol’ calculó en su día que el coste de un canterano asciende a 1’6 millones. El beneficio puede ser de órdago. Y, mientras tanto, el disfrute también es incomparable.