EI de esta tarde en el estadio de Gran Canaria se presenta como uno de esos partidos atractivos para el buen aficionado al fútbol, o al menos al juego de toque y posición. Gustan Las Palmas y Villarreal de ejecutar un juego que se basa en el control del esférico, materia prima que les resulta indispensable para imponerse en el césped. Las urgencias apremian a ambos, el tiempo se agota, y eso es precisamente lo que vierte pimentón a un envite de por sí muy picante (sigue el partido en directo en As.com).
“Si el Villarreal sale a dominar el partido, ya lo tenemos perdido”, advertía ayer Paco Jémez. Su equipo se sustenta hoy en día en su férrea defensa. Cinco goles encajados en los últimos seis partidos son la mejor muestra de ello, siendo fundamentales Gálvez y Aguirregaray, dos de sus peticiones en el mercado invernal. “Con ellos no había ningún motivo de equivocación”, dijo esta misma semana en una entrevista concedida a As. Añadió también al mediocentro mejicano Peñalba, que sigue lesionado.
Pese a que el canterano Erik Expósito marcó el pasado lunes el 0-1 en Vigo, Calleri vuelve a la punta del ataque canario ante un Villarreal que, precisamente, se agarra a su delantero Carlos Bacca para despertar del letargo. El tiempo vuela para el Submarino y la clasificación europea no espera por nada ni por nadie.