Cuando Takashi Inui llegó a Eibar, a un pueblo encajonado entre montañas y una autovía, pocos daban un duro por su adaptación. Corría el verano de 2015 y era el fichaje más caro de la historia del club (300.000 euros). Si había dudas en lo deportivo y social, en el plano comercial e institucional todos se frotaban las manos. Los Reyes de España visitaban recientemente Japón en viaje oficial e Inui fue invitado por el Emperador para participar en la recepción. Es tal su tirón que se aprovecha el eco mediático del partido de hoy para lucir un patrocinador para este día: la firma nipona Lawson HMV, dedicada entre otras labores a la venta de entradas. Aunque ‘Taka’ pronto cayó genial a todos, sus orígenes en Euskadi fueron duros, pues se mudó solo, sin hablar una palabra de español ni inglés, y con su mujer y su hijo en Tokio. Ahora es uno más, pese a la barrera del idioma. “No te entiende nada y te dice a todo que sí descojonándose”, lanzó espontáneo Mendilibar hace meses. Ha apalabrado su renovación por dos años, aunque el Betis se ha metido por medio.
