Histeria en Inglaterra: Rusia 2018, ‘el Mundial del terror’

Que el Mundial de Rusia ha levantado polémica es algo que nadie duda, pero de ahí a leer todos los días sobre conspiraciones va un abismo.

La última tiene que ver con el envenenamiento del espía ruso Serguéi Skripal, exagente del MI6 británico, y su hija Yulia. La investigación aún no ha concluido y los tabloides de Reino Unido, amantes del sensacionalismo, ya han cargado las tintas contra el Kremlin y la organización del torneo. Daily Mail argumenta que si Moscú está detrás de ese acto el príncipe Guillermo, presidente de la Federación Inglesa de Fútbol, no debería acudir a la cita mundialista para evitar que su vida corra peligro. Una postura que refrenda The Telegraph, citando que fuentes cercanas a la familia real británica aseguran que el hijo mayor de Lady Di seguirá los consejos del estado. Los medios amarillistas también hablan del dopaje. “Rusia es la siguiente parada en ese tour de corrupción, crimen y muerte de la FIFA”, poniendo como ejemplo los eventuales escándalos de los JJ OO invernales de Sochi.

“Una posibilidad sería que (los jugadores) se sometan a pruebas de sustancias prohibidas” y “sean positivas porque se manipulen”, declaró el experto en seguridad Edward Lucas en la BBC, para añadir que “por esos mismos medios, podrían contaminar muestras limpias y hacer que los jugadores parezcan dopados y, por tanto, puedan ser descalificados”.

Se intenta inculcar la idea de que “los rusos han demostrado que están dispuestos a incumplir cada norma y, si hay alguien que rompe las reglas, tienes que preguntarte si confías en que organice el torneo de manera justa”. De hecho, hasta se anima a realizar un eventual boicot al Mundial.

La rusofobia y la histeria han llegado a la diplomacia. El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, manifestó que “pensando en este verano, es muy difícil imaginar cómo alguna representación de Reino Unido podría acudir”, a lo que la portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova, respondió que se trataba de “otra campaña antirrusa” sin ningún tipo de fundamento.

Está claro que Rusia e Inglaterra han tenido más que palabras en lo futbolístico y lo político en los últimos años, pero la prensa de las islas no parece querer apagar el fuego, sino avivarlo todavía más.