Cuéllar: "Costa es un jugador que te somete a una presión extrema"
”Lo he tenido de compañero. Y de rival. Es delantero tipo Suárez. Le gusta el contacto físico y verbal. Te ayuda a estar concentrado”.
Iván, el Pichu, Cuéllar vuelve a cruzarse en el camino del Atlético de Madrid. Siempre que lo hace, este extremeño de personalidad arrolladora y fuertes convicciones dice sentirse especial. Allí, en el Atlético, su carrera se definió hacia lo que es hoy: uno de los guardametas con más experiencia de Primera División.
Pese a no consolidarse con los rojiblancos, las siete temporadas que fue rojiblanco le marcaron hasta teñir de colchonero su corazón. También lo tiene pintado de armero, esportinguista y pepinero. Porque afirma que él, allá donde va, se identifica con el club al que defiende. El guardameta se transforma en ‘uno di noi’ apenas se enfunda la zamarra de sus equipos.
Como un Diego Costa al que ha tenido de compañero y sufrido como rival. Esta noche, en el Metropolitano, Cuéllar sabe la dimensión del rival que le espera. Y está deseando medirse a él. Porque los retos le encantan. Bastante menos, por cierto, que el tedio de tener que hacerse fotos para una entrevista.
¿No le gusta hacerse fotos para las entrevistas?
Llevo ya mucho en esto y casi siempre se hacen las mismas. A los jugadores nos gustan más las fotos en acción que posando.
El fútbol y su parafernalia…
Es un deporte que vende. Nos enseña cosas buenas, pero llegado a un nivel, se masifica y magnifica todo.
Le imagino disfrutando más del fútbol en otros tiempos.
No se trata de jugar en otra época. Se trata de educar con sentido común y darle la importancia que debe tener.
Usted es de los que siente los colores.
Yo me tengo que ver identificado con el proyecto. Me gusta cuando hay interés por mí. Cuando eso existe, me enorgullece. Y no me gusta fallar a la gente. Soy muy profesional. Prometí que venía ayudar jugando o desde fuera. Quería seguir creciendo. Es lo más bonito de un proyecto. Intentar, en este caso, que el Leganés siga creciendo.
¿En el Atlético los sintió mucho?
Sí. Marcó un antes y un después. Era una edad en la que podía saber si podía hacer algo o estancarme. El Atlético me ayudó a formarme. Un apoyo grande para salir adelante.
¿Le queda cariño?
Claro. Todo lo que ha formado parte de mi vida tiene un sentimiento para mí.
Se le recuerda por jugar en el 0-6 del Barça al Atlético. ¿Le fastidia?
Para nada. No tengo ningún complejo. Aprendí a madurar. A mostrar una personalidad que era innata en mí. Entonces dijeron que era mi debut. Mentira. Ya había jugado siete partidos, pero claro, fue un partido sonado. Me pudo marcar a nivel profesional en los años posteriores, pero los sueños siguieron intactos y el trabajo a la sombra me ayudaron a hacer luego un buen año en el Eibar para firmar por el Sporting y estar allí nueve años.
Al día siguiente habló. Apenas tenía 22 añitos
No me escondo. Soy coherente cuando cometo un error. Lo digo y admito. Hay que aprender. No me tocaba, pero creí que cualquier pregunta tenía que responderla yo. Muchos me creerían culpable y yo no me iba a esconder.
A Diego Costa también le sobra personalidad.
Lo he tenido de compañero. Y de rival. Es delantero tipo Suárez. Le gusta el contacto físico y verbal. Le ayuda a estar concentrado. Es súper listo. Al mínimo error, te la juega. Son de ésos que te somete a una presión extrema.
Y a su lado Griezmann. Vale 100 millones y parece hasta barato.
Lo de los precios de hoy es surrealista.
¿Y eso?
No entran dentro de la sensatez. La estamos perdiendo de nuevo. Y pueden volver los problemas. Cometer los errores del pasado. Luego llegan las deudas, etc
Le noto crítico.
Denuncio la desigualdad. Queremos ser la mejor Liga cuando hay unas diferencias en derechos de televisión que son gigantescos. Son de risa si quieres competir en la misma Liga. Vamos sacando pecho diciendo que somos la mejor Liga del mundo y no lo somos.
Usted coincidió con Torres y Simeone. Ahora hay mucho revuelo alrededor de ambos.
No puedo hablar de algo que desconozco. No quiero saltare el respeto profesional. Es evidente como en toda familia puede haber diferencias, pero debe quedar en algo interno y resolverlo en privado si hay diferencias. A los dos los respeto mucho. Los he tenido de compañeros y siento admiración por los dos.
En Barcelona no ha gustado que Rubén Pérez y Siovas forzaran la amarilla.
¿En Barcelona? ¿Por qué?
Porque parece que el Lega da por perdido el partido contra el Atleti.
Si piensan que va a perder la Liga por un Atlético-Leganés, joer… deja mucho que desear la capacidad mental de quien lo piense.
Champagne lo ha bordado en la Copa. ¿Hay debate en la portería?
Me parece fenomenal. A mí, todos los debates que sean contrastados y con respeto al profesional y su trabajo, me parece que forma algo de este mundo, siempre que haya respeto y admiración a ese trabajo.
Dice Champagne que tiene ganas de ver a Serantes jugando.
Desde luego. El deseo de ver a Serantes de nuevo de corto forma parte del futuro. Será cuestión de tiempo. Sólo le falta la puesta a punto. Está recuperado. Me gustaría, además, porque yo he pasado también una lesión así. Sé lo que se siente estando a la sombra. Me encantaría que tuviera de nuevo la sensación de jugar porque es una grandísima persona y profesional. Ha dado mucho a este club. Gracias a su trabajo, entre otros, el Leganés puede disfrutar de lo que es.
A usted no le gusta decir que compite con otros porteros.
Somos compañeros. Formamos todos parte de una misma familia. No somos contrarios. La gente tiende a equivocarse con esa definición. Estoy con Nereo. Desde que he llegado he intentado ayudar al máximo a los dos, incluido a Jon. Son dos compañeros de ‘10’. Su comportamiento a nivel personal es increíble y a nivel profesional es admirable. Sólo puedo hablar bien de ellos. Son un apoyo grande. Y cuando le ha tocado jugar a Nereo, le he dado apoyo, igual que él me lo ha dado a mí.
¿Tiene ganas de jugar en el Wanda? Quizá le pica la nostalgia del Calderón…
¡Estoy deseando! Cuando pasas cerca se ve que es uno de los mejores estadios del Mundo. ¿Nostalgia? Todo lo que sea cambiar para mejor es bueno. El Calderón es pasado. El Metropolitano es el presente.
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