1x1 del Atlético de Madrid: Diego Costa pesca en la refriega
El delantero cambió el rumbo del choque segundos después de ver la amarilla. Marcó y sumó en una depresión a Banega, de la que ya no se recuperó.
Oblak. En el 3' ya se había ganado el jornal sacándole un remate a bocajarro a Muriel. Metido en el partido, se mostró muy atento en el 15' para salir a un balón filtrado a Vázquez. El Atlético aguantó el chaparrón inicial con 0-0 y él tuvo mucha culpa. Nada pudo hacer en el gol de Sarabia y le faltó visibilidad para localizar el disparo de Nolito. En el último suspiro cometió penalti sobre Sarabia, pero el árbitro no lo vio.
Vrsaljko. Atento y sin fisuras, interpretó bien lo que pedía cada momento. A Gabi le costó dar continuidad a sus subidas sin balón durante el primer tiempo, pero eso no le distrajo en su ejercicio de contundencia. Quizá la que le faltó en el partido de Copa. En el segundo tiempo, ya con un Sevilla dócil, se sumó al ataque pero se echó en falta que diera con el centro adecuado.
Giménez. Partió ansioso, con salidas a destiempo sobre Muriel y largando el balón con poco criterio. El Cholo le pedía calma desde el banquillo y entonces se limitó a no complicarse la vida. De la secuencia de partidos que últimamente acumula fue el menos atractivo.
Godín. Con temple y entonado. Anticipándose a la situación y con serenidad para intervenir sin dejar las causas abiertas. El golpe del Valencia no le ha dejado ninguna secuela y se encargó de enterrar, apagando al Mudo Vázquez, las pocas ganas de reacción hispalense.
Filipe. Su conducción sosegaba al Atlético y frenaba el ímpetu con el que había salido el Sevilla. Elegante, pero sin confiarse y efectivo también en las acciones defensivas. Fue uno de los que ayudó al equipo del Cholo a cambiar el rumbo que había tomado el partido tras los primeros 15 minutos. Respondió con inteligencia y calidad en una gran plaza.
Saúl. Acostado a la derecha para darle rienda suelta su poderío y amenazar con su envergadura a Escudero. Alguna pelota perdida de más le restó credibilidad al inicio, pero se fue convirtiendo en un buldócer con el paso de los minutos que fue atropellando y barriendo lo que se le ponía por delante.
Gabi. Sometido durante la primera media hora al toque fácil y rápido de Banega y Nzonzi. Algo agobiado en esa parte, porque el Sevilla era capaz de superar la línea y llegar al área. El gol, como para todos, fue un bálsamo. Desde ahí Banega ya no fue el mismo y el capitán colchonero fue imponiendo el juego que le interesaba al Atlético. Salió airoso de un partido que tomó trazas de complicado.
Thomas. Cómodo conforme avanzó el partido. Bien en el apoyo corto y cerrando, sin problemas, cuando su equipo no tenía la pelota. No tuvo el protagonismo del último partido y Simeone prefirió acelerar con la entrada de Correa.
Koke. La prematura marcha de Navas le vino bien porque había comenzado algo despistado sobre el reconvertido lateral. Le costaba encontrar el pase vertical correcto. Mucho mejor cuando se asociaba con Filipe para progresar por su lado y darle presencia al Atlético en campo rival. Elevó su tono conforme al Sevilla le iba faltando la voluntad de rebelarse contra el resultado. Con 0-3 anduvo astuto para acompañar a Griezmann y hacer el 0-4.
Griezmann. Correteaba sin poder amenazar en exceso, desactivado hasta que se inventó él solo una obra de arte en el 42'. Bajó el despeje llovido entre varias piernas rivales, lo orientó y se hizo sitio como un rayo para colocar un derechazo por encima de Rico. Hizo a toda velocidad lo que a otros les cuesta imaginar. Desde ahí se divirtió más, arrancando con espacio ante un Sevilla desmoralizado. No falló y ejecutó con frialdad el penalti y no desperdició el regalo de Mercado para armar el 0-4 que le puso en bandeja a Koke. En el 81' redondeaba su gran noche consiguiendo el triplete que Saúl le sirvió en bandeja.
Costa. De pesca en la refriega. Había visto la tarjeta por pasarse de ímpetu, pero mientras los demás seguían dándole vueltas, él le madrugó a Banega un balón de enemigo que le había servido Rico. Casi repite en el 37', pero Rico cerró bien las piernas. Reina en el caos y eso desequilibra la balanza. Además, cobró el primer penalti para el Atlético esta temporada en otra situación de astucia, picando la pelota sobre la salida tardía de Rico. Fue lo que todos esperaban de él cuando se le firmó de vuelta.
Correa. Salió al campo para medir las pocas ganas de partido que le quedaban al Sevilla.
Vitolo. El Pizjuán se revolvió cuando saltó al campo por Koke. Pitarle era ya el único aliciente que le quedaba al público local con el marcador resuelto. No pareció afectarle el ambiente en su contra y jugó suelto.
Gameiro. Su entrada alargó la bronca de la grada y Griezmann porfió para que marcara. Casi lo consigue.