Kepa y San José remontan y frustran la victoria del Málaga
El portero del Athletic paró un penalti y sacó otra mano prodigiosa para evitar el empate de los visitantes. Los de José González se adelantaron con un gol de En-Nesyri, que acabó expulsado.
El Athletic empujó un poco más al Málaga a Segunda con una sencilla labor de remontada. El colista va último con varios cuerpos de desventaja con el resto del pelotón de los torpes y se nota en sus rostros. Y eso que le impulsó un gol inicial y se comportó con dignidad tras el descanso. Pero su moral es tan frágil que dos jugadas sencillas le mandaron al baúl del derrotado. Tampoco es que San Mamés esté para muchas fiestas.
La conmoción tras la barbarie del jueves se hizo dueña de una media tarde soleada en Bilbao. Pero tras los adornos, con el fútbol masticado, la gente volvió a su cabreo. Kepa Arrizabalaga tuvo que salvar a un equipo muy enfermo, incapaz de lucirse ni ante el último de la Liga. Parte de la grada coreó “Cuco vete ya”, algo que no se recuerda desde hace siglos con un entrenador local en el templo rojiblanco.
Ojo: de buenas a primeras, el Málaga no parecía el clásico equipo con aire de Segunda, en un ‘sálvese quien pueda’, esto es, cada uno a lucir en lo suyo al margen del grupo para buscarse el bocadillo futuro. La clasificación durante un buen rato fue mentirosa, por San Mamés no estaba el coche escoba de LaLiga. Suele pasar con los rivales de inferior escala: mientras el marcador sopla sus velas, van navegando. Al primer cañonazo, se resquebrajan. Y así sucedió tras el gran gol de En Nesyri que, con un centro limpio por falta de marca de Lestienne, encontró la espalda de la defensa local (Iñigo Martínez se despistó un segundo y rompió el fuera de juego). Con el gol los leones veían que al colista no convenía tomarle a chufla.
El Málaga metabolizó sin cantinelas que su penúltimo aliento en la Liga pasaba por ahí. Iturra estaba en todas partes y Adrián trataba de llevar el volante. Pero en un balón dividido, un lance noble con Aduriz, cayó lesionado y tuvo que desfilar. Al Athletic no le costó mucho remontar. Un pestañeo. Otra vez un balón a la espalda de la defensa, fue aprovechado por Susaeta para empatar y en un saque de esquina bien lanzado por Beñat, se estorbaron los propios jugadores malacitanos en la marca y San José anotó a placer. Trabajo limpio, labor profesional antes del descanso. Raúl García pudo hacer otro, pero su cabezazo impecable fue parado arriba por un gran Roberto.
El duelo que prometía ser vistoso, intrigrante, fue abriéndose paso como un guiñapo, con continuas interrupciones y enorme frialdad en el ambiente. El Málaga se fue recogiendo en campo propio y su despejes iban a media altura a zonas peligrosas. A Roberto le daban ganas de dimitir. Parece que se abolió el buen fútbol.
Tras el descanso el Málaga volvió a emerger muy enchufado. A la hora Lekue cometió un error de cálculo de juvenil en la marca a Rosales, que se le fue y cometió penalti. Arrizabalaga sacó una mano durísima al penalti a media altura a de En Nesyri. Fue el golpe definitivo al cuadro visitante. Ziganda volvió a guardar la ropa, aunque nadie estaba nadando. Puso a Iturraspe y sacó a Córdoba. También castigó a Lekue por sus errores y lo sacó del campo. Aparcó la salida de Williams y exasperó a la gente, que se revolvió con un grito de “Cuco vete ya”.
Arrizabalaga siguió ejerciendo de salvador con dos grandes paradas a Rolán y En Nesyri. Este último pasó por todas las fases posibles: marcó el 0-1, falló el penalti del empate y cerca del dejó la bota y rozó la cabeza de Kepa tras una parada de éste; vio la segunda amarilla y fue expulsado. Diego González sacó en línea de meta el 3-1 con cabezazo de Raúl García. El partido se fue por donde había venido: en un muy segundo plano con respecto al homenaje al ertzaina fallecido, Inocencio Alonso.
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