La ‘estocada’ de Quique

Tantas vueltas da la vida que se antoja difícil no sentir cierta angustia, y no precisamente por el vértigo del fútbol que se ve. Como el Espanyol, que hace justo una vuelta completaba una semana fantástica —siete puntos sobre nueve en siete días ante Celta (2-1), Villarreal (0-0) y Deportivo (4-1)— que le reconciliaba con la ambición y la grada. O como Quique Sánchez Flores, quien tras aquella goleada a los coruñeses afirmaba: “Estamos muy felices por la evolución en los últimos partidos”. Tantas vueltas da la vida que hoy el Espanyol es un  equipo alejado aún del descenso pero desalmado, mientras que el entrenador admite la “involución” y firma los peores registros de su carrera.

Muy optimista hay que ser a estas alturas para ver el vaso medio lleno de las cuatro jornadas consecutivas puntuando y no medio vacío, por las siete que acumula el Espanyol sin ganar. O para atribuir a la “mala suerte” esta racha. Resulta difícil descifrar si esa “felicidad” que Quique destilaba tiempo atrás es la causa del bajón de resultados y, más preocupante, de juego. Ni siquiera si fue lo que motivó sus negociaciones con el Stoke City justo cuando se cumplía el ecuador de su contrato con el club perico. Vueltas y más vueltas a la vida. Pero sí se puede concretar que, casualidad o no, la caída libre comenzó justo al día siguiente de que se conociera que el entrenador rechazaba la propuesta de la Premier League para quedarse en Cornellà.

Lo confirmó él mismo un 13 de enero y, el 14, iniciaba el Espanyol ante el Athletic (1-1) su actual racha, que prosiguió contra Sevilla (0-3), Leganés (3-2), Barcelona (1-1), Celta (2-2), Villarreal (1-1) y Deportivo (0-0). Ni siquiera el buen papel en la Copa del Rey ante el Barcelona (1-0 en Cornellà y 2-0 en el Camp Nou), encuadrado en este periodo, sirvió para enderezar el rumbo en LaLiga; más bien aparece como un espejismo casi inexplicable más allá de un arranque de orgullo.

Con todo, los 28 puntos del Espanyol no sugieren por ahora sufrimiento en la tabla pero sí confirman que Quique sufre su propia “involución”. Nunca antes sumaba tan pocos puntos en la jornada 25 en sus experiencias como entrenador, igual que jamás había encadenado siete jornadas sin ganar, ni en LaLiga, ni en la Primeira portuguesa ni en la Premier League, y eso que había dirigido a clubes recién ascendidos, como el Getafe en la temporada 2004-05 o el Watford, hace dos cursos, justo cuando experimentaba el Espanyol con Constantin Galca una situación de desánimo equiparable (no en clasificación, sí en sensaciones) a la actual.

A Quique, que ante el Depor se situó entre los 15 entrenadores con más partidos de Liga al frente del Espanyol (63, igualado con Javier Aguirre) le salvan en sus estadísticas generales los logros de la campaña pasada: lleva 21 victorias, 21 empates y 21 derrotas. En su primer año, sumó 1’47 puntos por jornada, por los 1’12 actuales. Un síntoma más de la “involución”, de que el Espanyol más caro de la historia está convirtiendo su bache en un socavón y de que la situación requiere soluciones drásticas, como tarde, al final de LaLiga.