“Soy un espejo para mi hijo, necesitaba jugar para que él me viese”
El nuevo ‘killer’ del Málaga repasa en AS su ya dilatada carrera futbolística, los secretos de su fichaje por el equipo blanquiazul, la lucha por la permanencia, sus aspiraciones de estar en el Mundial (“si lo hago muy bien aquí, tendré muchas opciones”) y sus deseos para el futuro.
Ha dado vueltas nada menos que por ocho países y tres continentes.
Han sido experiencias muy bonitas e interesantes. Cuando se presentó la oportunidad de venir al Málaga me pareció algo increíble porque sabía que podía dar más en el fútbol y en una Liga donde todavía no había participado.
Su primera gran oportunidad llegó en el Neuchatel.
Fue difícil porque era la primera vez que salía. No me encontraba muy motivado. Sabía que no iba a ser fácil. Pero lo pude superar. Después de Suiza me fui a Francia, al Sochaux, y de ahí al Dinamo de Kiev, West Bromwich Albion, Olympiacos y la aventura china...
¿Cómo surgió la posibilidad de venir al Málaga?
No fue sencillo porque he estado ocho o nueve meses sin jugar. Mucho tiempo. El chino es un idioma complicado para mí. Es un país y una cultura diferente. Hablé con el entrenador del Tianjin (Uli Stielike) para ver qué pasaba. El propietario del club se enfadó y me apartaron del equipo. Fue una situación muy complicada.
¿Qué pasó después?
Cuando surgió la posibilidad de poder venir al Málaga en ningún momento me fijé en su clasificación. Echaba de menos jugar al fútbol durante estos ocho meses. Mi hijo se fija mucho en mí porque es un niño que quiere ser futbolista. Soy un espejo para él y necesito jugar para que mi hijo pueda verme. Cuando recibí el mensaje de mi agente dije: “Si me quieren, voy”. Tenía más ofertas. Pero esto es LaLiga y el Málaga es un club grande de España a pesar de su clasificación. No me lo pensé.
¿Qué otras ofertas tenía?
Levante, Las Palmas, Alavés, Toulouse, dos equipos de Alemania, varios clubes de Turquía, otros cuatro clubes de China, pero ahí no voy (risas), el Dínamo de Kiev quería que volviera, también querían que volviera a Grecia...
Y se decidió por Málaga...
I love Málaga. Vine aquí porque quería jugar en este campeonato y en este club. No por la ciudad, porque Marbella esté cerca o por el tiempo.
¿Es difícil vivir en China?
Todo es distinto. El idioma, la comida y la vida. Fui al Tianjin Teda porque el Olympiacos estaba en dificultades financieras y necesitaba el dinero. Lo tuve que aceptar.
Hablemos del Málaga ¿La salvación es posible?
Será posible hasta el último minuto. Faltan todavía 14 partidos. Necesitamos ganar un encuentro. Cuando llegue esa victoria, todo va a cambiar.
¿Qué sintió cuando marcó su primer gol como jugador del Málaga?
Me sentí muy bien. La pena fue que ese gol no sirvió para ganar. Pero me sentí bien y es un fuerte empujón para mí.
¿Qué le están pareciendo los arbitrajes de LaLiga?
(Se ríe) No sé cómo explicarlo para no meter la pata. Entiendo que los árbitros son seres humanos y a veces se pueden equivocar. Pero últimamente se equivocan mucho con el Málaga. He visto muchos partidos de los equipos grandes, del Barcelona y del Real Madrid, y ves que los árbitros son más suaves con ellos que con equipos como el Málaga.
¿Cuál es el futbolista al que más admira?
Cuando era un niño me gustaba Drogba. Quería jugar en el Chelsea por él. También me gustó siempre Ibrahimovic. Tiene mucho talento, es muy fuerte y además es sincero, siempre dice cosas que nadie se atreve a decir. Y eso me gusta.
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Me gusta mucho hacer boxeo, natación, ir al gimnasio o ver la televisión. Cuando estoy con mi familia y con mis hijos juego al fútbol con ellos, me gusta pasear, ir a los grandes almacenes, a la playa...
Uno de sus objetivos al venir a Málaga era jugar para hacerse un hueco en la lista de Nigeria para el Mundial.
Cualquier jugador quiere jugar un Mundial, no sólo yo. Todo futbolista quiere representar a su país. Si se me presenta la oportunidad, intentaré aprovecharla. Pero ahora mi primer pensamiento está en el Málaga y no en otra cosa. Si lo hago muy bien aquí, tendré muchas opciones de ir al Mundial. Pienso en hoy y en mañana, no en lo que viene dentro de cuatro meses.
¿Si el Málaga se salva, le gustaría quedarse?
Si nos salvamos y me ofrecen quedarme, seguiré aquí. Sin duda. Es muy difícil para un club apostar por un jugador que no ha jugado durante ocho meses y el Málaga lo hizo. Han confiado en mí y tendría que devolverles esa confianza.
¿Y si se produce el descenso a Segunda?
En ese caso sería muy difícil porque no creo que me dejase el Tianjin Teda salir a un equipo de Segunda.
¿Cuántos goles espera marcar de aquí a final de temporada?
Sé que haré goles, pero prefiero no decir un número. Me gusta marcar goles y también me gusta dar asistencias. Puede que haya partidos en los que no marque y sí asista o viceversa. Son situaciones que dependen también del equipo. Alguien me tiene que dar el balón para yo marcar, no puedo pasarme yo la pelota y rematar. Los goles son la consecuencia del buen trabajo de todo el equipo.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido desde que llegó?
En el vestuario todos tienen la cabeza fuerte. En este tipo de situaciones la gente no suele mantener la calma, es muy difícil mirar la tabla y verte el último. Hay gente a la que incluso se le pueden quitar las ganas de venir a entrenar. Pero aquí no pasa eso. Venimos a entrenar todos los días con ganas, trabajamos muy duro y creemos que es posible.
¿Qué tal con José González? Él fue clave en su fichaje.
Ahora me toca a mí dar el 200 por ciento para devolverle la confianza que ha puesto en mí.
¿Le llamó antes de que se cerrara su fichaje por el Málaga?
Sí. Me llamó para decirme que quería que estuviese aquí en el Málaga.
Que le vaya bien.
Muchas gracias.
Grecia, la cara; China, la cruz
Repasando su carrera, Ideye tiene muy claro dónde fue más feliz y dónde lo pasó peor: “Donde más disfruté y todo fue más fácil para mí fue en el Olympiacos. Todo pasó muy rápido, empecé a jugar y a marcar goles muy pronto, tenía el apoyo de los jugadores, de los aficionados, del presidente. La experiencia más difícil de mi carrera ha sido la de China. Allí sólo pueden haber tres jugadores extranjeros. Eso lo complica mucho, hace que la conexión sea más difícil. Están empezando a entender el fútbol y no es lo mismo”.
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