Hubo un momento no muy lejano en que, con la economía de guerra como arma vital para pelear por la supervivencia, la UD apostó por la cantera, nutriendo al primer equipo de jugadores curtidos en su cadena de filiales. En parte por convicción, mitad por obligación. Se le quitaron la telarañas a la caja y la cacareada “apuesta por la cantera” parecía mantenerse al menos en lo estadístico. Pero ocurre que, desde aquella gloriosa tarde del 21 de junio de 2015, con la vuelta a Primera División 13 años después, los canteranos han ido perdiendo peso en la primera plantilla, formada ese día por 18 jugadores criados en la base amarilla. Ahora mismo esa cifra ha sido reducida a 9: Raúl, Simón, David García, Dani y Javi Castellano, Vicente, Momo, Viera y Tana. En el mercado invernal, dejando a un lado el caso especial de Vitolo, ‘cayeron’ tres más: Aythami, Borja y Hernán.