1x1 del Celta: Esta vez la magia de Aspas no fue suficiente
El golazo del moañés llegó demasiado tarde. Dos errores defensivos y dos fallos garrafales de Pione Sisto ante Pacheco condenaron al Celta.
Rubén Blanco: No tuvo culpa en los goles, aunque estuvo a punto de salvar ambos. A partir de ahí, apenas fue exigido porque el Alavés se limitó a encerrarse y buscar alguna contra.
Jonny: Los dos tantos blanquiazules llegaron por su costado. Curiosamente, actuó mejor cuando se cambió a su carril habitual, el izquierdo. Por la derecha se sintió incómodo y apenas se prodigó en ataque.
Sergi Gómez: Se contagió del despiste general en los dos primeros goles. Poco a poco se fue entonando y acabó más seguro. Tuvo dificultades para dar salida al balón desde atrás.
Roncaglia: Fue el primero en fallar en el tanto inicial a los cuatro minutos. Midió mal en el salto y permitió iniciar una jugada llena de errores en cadena. Igual que Sergi, fue de menos a más, aunque también tuvo limitaciones para iniciar el juego.
Mazan: Eligió el peor día para debutar, aunque no tuvo incidencia directa en los goles recibidos. Se defendió con corrección, pero le faltó ser más incisivo en ataque. Centró más con la derecha que con la izquierda y no tuvo la precisión deseada.
Wass: Su trabajo es siempre innegable, pero esta vez le faltó verticalidad, combinación y convencimiento en la presión. Acabó de lateral derecho para buscar algo de sorpresa por el carril. Sin embargo, apenas entró en juego.
Radoja: Después de su partidazo ante el Betis, ayer estuvo totalmente desaparecido. No pudo frenar el dominio alavesista en el centro del campo y estuvo muy impreciso en la circulación de balón.
Lobotka: El mal día de Radoja no le ayudó. Intentó sacar el balón desde atrás, pero apenas encontró apoyos. Se vio muy solo en la medular, desbordado para achicar tanta agua en el centro del campo.
Brais: Fue la gran novedad en el once y tampoco tuvo su mejor día. Ayudó a Mazan en defensa, pero en ataque le faltó la inspiración que le hace ser un futbolista diferente. Fue sustituido en la segunda parte.
Iago Aspas: El genio de Moaña nunca tiene un día malo. Desquiciado por la falta de balones, dejó tres detalles para su museo. Dio un pase milimétrico a Sisto que el danés desperdició inexplicablemente, realizó un exquisito remate con la espuela que obligó a Pacheco a tirar de reflejos y marcó un golazo.
Maxi: Aunque estuvo totalmente desasistido, no paró de ofrecerse y pelear cada balón dividido. Reclamó un penalti en la segunda parte tras ser atropellado dentro del área.
Jozabed: Entró cuando el Celta tenía el dominio absoluto del balón y dio algo más de fluidez a la circulación, aunque no encontró el pase definitivo que desarbolara a la zaga local.
Pione Sisto: Su suplencia fue la gran novedad, aunque merecida por su mal momento. Desde el banquillo tampoco se reivindicó, más bien al contrario. Falló dos goles cantados que hubieran metido al Celta en el partido.
Emre Mor: Su entrada al campo sirvió para dar algo de electricidad. Desequilibró por la banda, pero le faltó calma para tomar la mejor decisión en el último pase.
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