El Leganés vence al Espanyol guiado por la inercia de la Copa
Mario Hermoso marcó tres goles, uno al rival y dos en propia puerta. También marcaron Marc Navarro para el Espanyol y Guerrero, de cabeza, para el Leganés.
Butarque ha declarado el estado de felicidad. En su estado de ánimo. En su fútbol. Con un despliegue más ofensivo que en toda la Liga, los madrileños se dejaron llevar por la buena inercia del Pepinazo al Real Madrid y ganaron a un Espanyol que sólo puso en riesgo a su meta al inicio de la segunda parte, pero que, con un gol in extremis, amenazaron con el empate. Los de Quique pagaron el golpe copero ante el Barça y, sin gasolina en sus piernas, volvieron sucumbir lejos de Cornellá. Marc Navarro, con un golazo y un larguero (jugadón) fue la mejor arma perica.
El Lega encontró también en las filas catalanas a su mejor aliado. Hermoso marcó dos goles en propia puerta y otro en la meta rival. Lo hizo en el 89’. Lo nunca visto. Butarque sufrió pidiendo la hora, y terminó feliz por un triunfo que se queda, con su tercera victoria consecutiva en casa, a once puntos del descenso.
Su alegría se gestó en el Bernabéu. Allí Garitano inoculó un virus a lo suyos. El del juego en ataque. La mutación se extendió a LaLiga. Esta vez, al contrario de lo habitual, los pepineros comenzaron alegres. El Lega no sólo sabe danzar para protegerse. Ante el Espanyol bailó en el arranque al Espanyol para dañarlo. En la coreografía daba igual el nombre y número de la camiseta.
Sólo salieron tres de los héroes titulares en la Copa: Gabriel, Bustinza y Brasanac. El resto había sido suplente o no convocado en la Castellana. La maquinaria no se resintió. Liderados precisamente por Brasanac, el fútbol blanquiazul fluyó rápido y sencillo. De sus botas nació el tiro al palo del 1-0. Zaldúa recogió el rechace y se encontró con la pierna de Hermoso. Autogol.
Por ahí sangró un Espanyol corajudo, irreconocible en su camiseta (el marketing todo lo puede), pero el mismo de siempre lejos de Cornellá, dónde sólo ha ganado un partido en Liga. Le faltaron ocasiones en el inicio. La más clara la salvó bajo palos Bustinza. Paradón de cabeza en el 44’. Hermoso la reventó tratando de redimirse.
También la reventó Marc Navarro en el 1-1. Su misil encontró la escuadra. Tres minutos de reanudación y el Lega ya parecía otro. Sorprendido por el empate. Agotado por la Copa. Garitano reaccionó. Otra vez al ataque. Amrabat y el canterano Sierra entraron y regaron de alegría el césped. Guerrero y su cabezazo (el centro de Raúl fue medio gol) confirmaron la mejoría. Amrabat (con la ayuda de Hermoso) la sentenció tras un larguero de Navarro y antes de otro de Bustinza. El 3-2 (otra vez Hermoso) hizo temer lo peor a Butarque. No hubo tragedia pepinera. Sigue la felicidad blanquiazul.