Costa, Vitolo y la historia de los fichajes de invierno en el Atleti

Tres partidos han bastado, sólo tres, para que el mantra repetido tantos meses, Costa-Vitolo, Vitolo-Costa, en la larga pretemporada esperándoles, de agosto a diciembre, se haga realidad. El Atleti es mejor, mucho mejor, con Costa y Vitolo sí. Porque el Atlético ya puede inscribir jugadores, con el fin de la sanción FIFA y las dos ventanas de mercado sin fichar. En los dos primeros, Costa acaparó todos los focos, demostrando que es como si nunca se hubiese ido, que no habrá camiseta en su vida que defienda con el corazón que le pone a la rojiblanca. Gol, el miedo a que Trilles al clavarle los tacos en la rodilla le hubiese roto el ligamento, regreso y primer encontronazo con un rival, Satrústegui, en Lleida y gol y expulsión por celebrar con la grada en el segundo. Para Vitolo fue el tercero, coronó con un gol su buen juego, amén de que el hispano-brasileño, también ante el Lleida, vuelta de los octavos de la Copa, Costa dio su primera asistencia en su vuelta al Atlético (a Carrasco). Parecen los dos fichajes que Simeone preveía y que mejorarán al equipo cambiando así una constante: que los fichajes de invierno no terminan de funcionar en el Atlético. De los siete que hubo en los cuatro inviernos que pudo fichar (en enero de 2017 no pudo por la sanción FIFA) sólo Torres, que marcó instantáneo al Madrid en la vuelta de octavos de la Copa para eliminarle, los fichajes de invierno no suelen funcionar en el Atlético.

Con la larga lesión de Tiago un mes antes, se rompió la tibia, Simeone se vio obligado a buscar un centrocampista de urgencia, que pudiese disputar la Champions. Se lo arrebató al Celta, sería Augusto, con el que el técnico había coincidido en River. Disputó 21 partidos (13 en Liga, 6 en Champions, 2 en Copa), 1.363 minutos, pero la temporada pasada, cuando parecía que su momento en el Atlético había llegado, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla en septiembre y no volvió a jugar hasta esta pretemporada 2017-18. Entra en Copa, pero en Liga suele ser descarte. Kranevitter ya no está. Se fue al Zenit este verano, después de no convencer en el Atlético. Cuando llegó no terminó de entrar, 11 partidos, tampoco lo hizo en su cesión a Sevilla y este verano se fue a la liga rusa, sin haber sido jamás en el Atleti aquel jugador que se intuía en River, en aquella Libertadores de 2015. 

Temporada 2014-15: Torres y Cani

Si nada más regresar al equipo de su vida, Torres lo celebró con un gol al Madrid en la Copa, después ha tenido que ganarse el sitio, el puesto, con trabajo y goles. En su primera temporada participó en 26 partidos, con seis goles, ganándole el sitio a Mandzukic. Al año siguiente fue a Jackson Martínez, que comenzó la temporada como titular y en enero se fue a China, después de fracasar en el Atlético (tres goles). Torres tardó una vuelta en arrancar, de Eibar a Eibar, pero cuando lo hizo fue imparable: jugó 44 partidos, con 12 goles, algunos tan importantes como el que hizo en Champions, ida de cuartos, en el Camp Nou. La temporada pasada fueron 10 en 45 partidos y ésta cuatro en 22. Cani, mientras, cedido aquella temporada en enero por el Villarreal, nunca llegó a pasar de verdad por el Atlético. Seis partidos, casi nula presencia. 

Temporada 2013-14: Diego Ribas y Sosa

Temporada y media después de haber brillado en el Atleti, Ribas regresaba a un Atleti que terminaría siendo campeón de Liga pero ya nunca fue lo mismo. 19 partidos y dos goles. Uno, eso sí, al Barcelona en cuartos de final de la Champions en la que el Atleti llegaría a la final de Lisboa. Lo de Sosa era un reencuentro: había sido campeón con el Cholo en Estudiantes. Jugó 24 partidos y dio seis asistencias. Estaba cedido por el Metallist.