Sergi Darder hunde al Málaga y pone cerca del adiós a Míchel
El Espanyol volvió a ganar en La Rosaleda, hunde un poco más al Málaga y pone a Míchel al borde del adiós. Sergi Darder marcó a los cinco minutos. El Málaga, sin plan ni alma.
Como no podía ser de otra forma, el Espanyol ha ganado en La Rosaleda, su bendito paraíso donde ha sumado los tres puntos en cinco de sus seis últimas visitas. Este primer triunfo perico a domicilio le da más alas y hunde un poco más a un Málaga que huele a cadáver. Un equipo mal construido desde el principio y al que Míchel no sabe sacar rendimiento. Quizá porque el fondo de armario no da para más. Por lo que sea. Este Málaga es una verbena, un pelele. Sin recursos ni épica. Y sin actitud. Un equipo que es reflejo de un presidente absurdo y tuitero y de un entrenador que ha dejado de tener fe en estos mimbres resquebrajados. Sin gasolina no anda un coche. Habrá que estar atentos al famoso Twitter del Al Thani porque las horas de Míchel pueden estar contadas. Depende de si el sheikh quiere invertir dinero en cambiar de entrenador o dejar que se hunda lo que queda de barco.
El Espanyol aprovechó su primera oportunidad para adelantarse en el marcador. Sergi Darder, de poderoso disparo raso y sin que nadie le estorbase, fusiló a Roberto. Mientras el balear pedía perdón a la que fue su antigua afición, ésta empezaba a cargar contra Al Thani y Míchel, entrenador y presidente, señalados como máximos responsable del desastre malaguista.
Con el marcador cuesta arriba el Málaga trataba de remar sin talento ni inspiración. Víctor Sánchez interceptó un remate de Chory Castro tras asistencia de Keko. Fútbol ramplón y previsible en una Rosaleda fría como el clima. Como este Málaga de Míchel. El reloj corría y el Espanyol era el gran beneficiado de tan tedioso ritmo. Mal asunto que lo más creativo que proponían los de Michel eran los balones largos de Ignasi Miquel y ¡chicos, a correr! A ritmo de bostezo se llegó al descanso con un público tan depre que, casi, ni se molestó increpar a su indolente colectivo.
El segundo tiempo comenzó con las mismas sensaciones. Un Málaga en eterna pretemporada y un Espanyol soso y contemporizador. Peñaranda lo intentaba por potencia pero sin ideas. Lo de siempre. A los 58 minutos Míchel retiró del campo al venezolano y a Chory y, en busca de la épica a falta de otros recursos, sacó a Borja Bastón y Ontiveros. Tres minutos después Víctor Sánchez se retiró, lesionado. Fue reemplazado por Didac Vila.
El partido era deplorable. Ni juego ni ocasiones. Sin nada que aportar se alcanzó el minuto 69 en que el entrenador malaguista sacó a Juanpi en busca de talento. De manera aún apoca da el público exigía a sus hombres ‘atributos masculinos’. La sensación de apatía transmitida era desesperante y los silbidos aumentaban en decibelios. Del “Míchel vete ya¡” al no menos rotundo “¡Al Thani vete ya!”. La afición sigue muy ácida con el presidente y propietario y ha dejado de respaldar al técnico a quien ya no le sirve como disculpa que le han desmantelado la plantilla o lo malo que es el jeque fichando. El Espanyol no se podía ni creer lo placentera que le estaba saliendo la noche. Le bastaba con dos paseítos para hacer sufrir a un rival gangrenado. Pitido final y conato de gresca entre Recio y Javi Fuego que amenazó en gresca colectiva. El Espanyol volvió a ganar en La Rosaleda, su segunda casa. Y el Málaga se hunde sin remedio. Camino de Segunda División. La temporada se nos puede hacer eterna. Habrá que estar pendientes del Twitter de Al Thani. O del Intagram…