Yerri Mina terminará sus vacaciones el próximo viernes para reincorporarse a los entrenamientos del Palmeiras. Desde que terminó la competición en Brasil el 3 de diciembre, el futbolista se marchó a Colombia para descansar. Allí empezó a escuchar el runrún del Barça cuando Mascherano le dijo al club que quería marcharse al Hebei Fortune. Unido eso a la lesión de Umtiti, el club azulgrana se puso las pilas y escogió a Mina para reforzar el puesto. Pero algo no termina de cuadrar en la operación. Para empezar, el precio. Palmeiras tiene fijado con el Barça el precio de salida para junio de 2018: nueve millones. Pero no para enero. El club brasileño ha subido sus pretensiones. En las oficinas de Can Barça el nombre tampoco parece emocionar mucho. Hace no demasiado, Bartomeu deslizó que la decisión final sobre Mina la tomaría Valverde. Y hay técnicos que tienen dudas sobre el jugador por su lentitud. Su llegada, además, está a expensas de la marcha definitiva de Mascherano. Y mientras, el jugador lleva un mes de vacaciones...