Vermaelen: de pufo a talismán
El central belga ha necesitado cuatro temporadas, con una cesión de por medio e innumerables lesiones, para ganarse al barcelonismo: 23 veces titular y una sola derrota.
Cuatro temporadas y una cesión después, Thomas Vermaelen por fin se ha ganado al barcelonismo. El belga, fichado del Arsenal en 2014 por diez millones más variables, se ha consagrado esta temporada como sustituto de Umtiti por urgencias. Pocos apostaban ya por él debido a las innumerables lesiones que han marcado una carrera prometedora y, sin embargo, vuelve a relanzarse ahora de la mano de Valverde con 32 años. El central ha pasado de ser objeto de bromas a talismán: en total ha sido 23 veces titular y el Barça sólo ha perdido un partido. Su gran papel en el último Clásico ha confirmado su resurrección.
Vermaelen debutó con el Barça en 2015. Llegó del Mundial de Brasil con una grave lesión en los isquiotibiales que se fue complicando hasta convertirse en un verdadero calvario. Sólo pudo jugar el último partido de una Liga que el Barça ya tenía ganada. El resultado fue un triste 2-2 ante el Deportivo que perjudicó a terceros en la lucha por la salvación. A la siguiente campaña Luis Enrique siguió contando con él, pero de nuevo las lesiones le frenaron. Fue seis veces titular en Liga (seis victorias y alirón), tres veces en Champions (dos triunfos y un empate), cinco en Copa (tres victorias y dos empates) y una en la Supercopa de España, donde tiene su único punto negro. El Athletic pasó por encima al Barça en San Mamés (4-0).
La falta de minutos, sin regularidad por los continuos problemas musculares y los fichajes del club obligaron a Vermaelen a salir cedido en la temporada 2016-17. Su destino fue el Roma. Allí las cosas tampoco le fueron mejor: únicamente disputó 12 encuentros por una dichosa pubalgia y el club italiano no ejecutó la opción de compra que tenía. Sin embargo, el central no se desesperó y trabajó fuerte para intentar estar en plenitud para el siguiente verano, cuando debía regresar de nuevo al Barça para incorporarse a la pretemporada. Ahí, Valverde comenzó a ver brotes verdes en el futbolista. Tantos que se decidió a contar con él como cuarto central tras Piqué, Umtiti y Mascherano. La estrategia le funcionó en el momento más delicado de la temporada. Después de haberse rodado en la Copa del Rey ante el Murcia, le llegó su primera oportunidad en Mestalla. Vermaelen cumplió con nota pese a las dudas en la grada con su regreso. Después llegaron cuatro titularidades más (tres en Liga y una en Champions) en las que el defensa sobresalió y el Barça no paró de ganar.
Ahora, con Vermaelen siendo capaz de encadenar nueve partidos por primera vez desde que salió del Arsenal (dos con Bélgica), en Can Barça han cambiado mucho las cosas. Ya no hay tantas prisas por acelerar la vuelta de Umtiti, Mascherano podrá salir sin que se desate un drama y la duración del contrato del belga (hasta 2019) ya se antoja hasta corta. Tras los casos de Aleix y Alcácer, de negados a goleadores, y el de Paulinho, de fichaje criticado a chollo, Vermaelen ratifica que el Barça este curso no sólo gana. También hace magia.
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