CAFE, COPA Y FÚTBOL | ROBINSON
“A los futbolistas ahora les falta humanidad, no los envidio”
Es un romántico del deporte que ha cumplido 10 años con Informe Robinson, más que un programa deportivo una experiencia de vida.
Le acaban de otorgar el premio de periodismo deportivo Vázquez Montalbán, que patrocina el Barcelona, ¿cómo lo ha sentido?
Estoy asombrado, entre otras cosas, por el jurado que me lo ha otorgado, compuesto por periodistas tan brillantes. Es un premio de prestigio que lleva el nombre del gran Manuel Vázquez Montalbán, a quien tuve ocasión de conocer y admirar en vida. Y tengo que decir que el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, tuvo la elegancia de llamarme para preguntarme si aceptaba el premio. Es todo un honor este reconocimiento.
¿Y sigue sintiéndose muy afortunado, como alguna vez ha dicho, porque, a su edad, nunca ha dado un palo al agua?
Totalmente, eso es rigurosamente cierto. Es verdad que estoy muy ocupado, pero ocupado con algo que me mola mucho, por lo tanto es todo un privilegio. Trabajar yo lo asocio con otra cosa, una obra, la mina… pero comentar partidos de fútbol, hacer programas de radio y televisión por los que te pagan no es para mí una labor pesada.
Ejerce el oficio de periodista deportivo, aunque suele ser muy crítico con la prensa deportiva española, ¿qué es lo que más le escuece de sus colegas?
No soy tan crítico, aunque algunos ilustres periodistas deportivos piensen lo contrario. Creo que es una ardua tarea dotar de contenido a un periódico de 42 páginas o más cuando se dedican 35 sólo al fútbol todos, todos los santos días. Es indudable que muchos de esos contenidos me parecen banales porque tienen que serlo a la fuerza. Hay muchas páginas de un diario deportivo que no me llaman la atención.
Se largó del programa de televisión ‘Maracaná’ al primer día de su emisión, afirmó sentirse avergonzado, ¿tan malo era?
Sí, me sentí utilizado, y la culpa la tuve yo por haber aceptado hacer el programa. En los preparativos expuse mi opinión, pero no se tuvo en cuenta. Uno no puede invadir el salón de la casa de nadie y tirarse un pedo. Sentí que se estaba forzando la situación, una mezcla de supuesto late night y fútbol. Es como si a un buen coñac, a un armagnac, lo mezclas con un refresco. Al fútbol se le puede enfocar desde muchas perspectivas, como hacíamos en El día después, pero nunca lo adulterábamos. Ese programa era un botellón de mal gusto.
¿Qué piensa de programas como ‘El chiringuito’?
No pienso cosas buenas, aunque entiendo que haya gente que le guste. Crean polémicas donde no existen y, a veces, pienso que se están quedando con el personal. Creo que no aporta nada al fútbol, pero, insisto, seguro que hay gente a la que le gusta su chute diario de movidas. Dicho esto, siento mucho respeto por Josep Pedrerol porque fue un gran compañero cuando hacíamos El día después, es buena persona y me hizo sentir muy feliz. Su programa no me gusta, pero me fastidiaría que Josep lo entendiera como una crítica hacia él porque ha sido un gran aliado mío.
Asegura que en España se juega muy bien al fútbol pero los futbolistas son muy tramposos, ¿eso tiene cura?
Debería tenerla. Un día vi a mi hijo jugando en el jardín y tirarse al suelo simulando que le habían golpeado y yo se lo recriminé. Pero, claro, eso mismo lo hacen las estrellas y es muy nocivo porque los niños lo imitan. Me gustaría que la AFE tuviera un código ético y se cumpliera. Cuando la trampa es muy llamativa te echa para atrás. Y luego está esa actitud grosera de los futbolistas encarándose con los árbitros. La labor del árbitro es tremenda, cuando pisa un campo de fútbol es consciente de que los 22 jugadores más todo el banquillo van a intentar engañarle a toda costa.
¿Quién es el deportista que más le ha impresionado a lo largo de su carrera?
A quien más admiro es a Rafa Nadal, tiene todos los atributos necesarios para ser un gran deportista. Me parece muy elegante, su pundonor, su entrega, su carácter, es mundialmente reconocido. Cuando yo era un niño mis ídolos eran Muhammad Alí y Seve Ballesteros, y llegué a ser íntimo amigo de Severiano, a quien echo mucho de menos. Pero hoy Rafa Nadal es un hombre absolutamente admirable.
Lo entrevistó para ‘Informe Robinson’ en uno de los momentos más críticos de su carrera, ¿tan hundido estaba?
Él mismo me avisó que se encontraba muy mal antes de recibirme, no se encontraba bien, es verdad. Para que un tío llegue al gran nivel de Nadal no basta con dar raquetazos grandiosos, es preciso algo más que esconde su piel, su cabeza y su corazón. Tuve la oportunidad de estar con él en uno de sus peores momentos deportivos y entender cómo su cabeza gestionaba todo ese mal rollo. En la gloria todo el mundo es maravilloso, a mí me resultó maravilloso Nadal en su peor momento. Rafa Nadal es un pedazo de tío.
‘Informe Robinson’ acaba de cumplir 10 años, ¿cuál es la clave de este programa?
Creo que nos hemos ganado la confianza de los personajes que nos han abierto sus corazones y sus vidas sin ningún pudor. Nos han permitido hacer una radiografía de su alma. Esa ha sido nuestra virtud, que los protagonistas no hayan tenido miedo a hablar con nosotros. Hay que enseñar que el deporte no es sólo un planeta de ganadores y perdedores. Sólo uno cruza primero la meta, sí, pero eso no quiere decir que el otro haya perdido, simplemente deja de ganar. Y eso, como experiencia para la vida, es muy importante.
¿Se siente feliz con este programa?
Sí, bastante feliz, porque se acerca a mi manera de entender la vida y la televisión. Pero el gran objetivo es que alguien sienta felicidad viendo el programa, no hay otra razón para hacerlo.
El primer programa lo dedicó a Seve Ballesteros y a Iker Casillas, ¿cómo vivió esa extraña la salida de Iker del Madrid?
Pues mira, el presidente Florentino Pérez presume del señorío del Madrid y en el caso de Casillas no se demostró eso. A Iker le han acusado hasta de la muerte de Manolete, sin embargo, ese señor ha participado en grandes hazañas y eso es una realidad, por eso me causó mucha tristeza ver cómo salió.
¿Qué diferencia ha observado entre el futbolista, como usted, de los 80 y los de ahora?
Hombre, a ver, aquellos futbolistas eran más terrenales, quizá más humanos, ahora son más bien empresas multinacionales. Para hablar con ellos tienes que pasar por decenas de filtros y te conceden la cita justo cuando están a punto de retirarse. Los futbolistas de ahora se han convertido en especies distantes, inaccesibles, de coche, peluco y ropa cara, rodeados de bellas mujeres. Uno de los elementos que no me agrada del fútbol actual es la deshumanización del futbolista. Más que ira, me provoca pena, porque algún día se encontrarán solos y se orientarán mal. Por mucho dinero que ganen no envidio a los futbolistas actuales.
Menotti dijo, acerca de usted, que le centraban un cochinillo y lo remataba de cabeza, ¿se sintió halagado?
Sí, fue muy bonito, aunque al principio no lo entendí del todo. Lo mejor es cuando recibes el reconocimiento de alguien de tu gremio.
Jugó en el Liverpool, ¿considera que la de Anfield es una de las mejores aficiones?
Yo no me considero un forofo, pero ir a Anfield es muy especial para mí, por supuesto. Allí vi junto a mi padre mi primer partido cuando tenía seis años. Ese día, mientras todo el estadio cantaba ‘You’ll never walk alone’, le dije a mi padre que quería ser futbolista. Para un niño como yo, la noche anterior al partido era como la noche de Reyes, tenías la ilusión de que al día siguiente ibas a tener el gran regalo de ir a Anfield. Ese estadio es un escenario tremendo y emocionante.
En Anfield no tienen necesidad de una grada de animación como la del Bernabéu, ¿qué opina de esta clá de Chamartín?
El fútbol no merece imposturas, y esa grada del Bernabéu es todo un postizo infame. Pienso que hay suficientes emociones genuinas a lo largo de un partido para pretender añadir al asunto algo postizo. Cuando hay 70.000 personas siendo honestas con sus emociones, sean como sean, y otras 4.000 lanzando un mensaje teledirigido y nada espontáneo, la cosa queda rara, ensucia la gran fiesta. La afición del Madrid es singular, grandiosa y muy exigente y el Bernabéu es el mejor estadio del mundo que yo he conocido. Pero muchos amigos ingleses que han estado en estos tiempos en el Bernabéu me han dicho que esa grada es patética en un escenario tan colosal. Hombre, hay que alejar a los energúmenos de los estadios, pero creo que existen otras maneras. No puedes echar a los malos y colocar en su lugar a la familia Trapp.
¿Cree que verán sus ojos que un gran crack del fútbol ‘salga del armario’, declare su homosexualidad?
Creo que sí lo veré, deseo que lo haga porque al dar este paso estaría liberando a millones de personas. Tendrá las llaves de abrir ese armario y dar libertad a mucha gente que lo está pasando mal por ser homosexual. Es muy necesario y espero verlo antes de cinco años.
¿Cómo es su actual relación con su querido Cádiz?
Muy buena, sigue siendo mi equipo del alma, ya estoy fuera del Consejo aunque conservo aún algunas acciones. Estoy orgulloso de haber formado parte de su historia y, sobre todo, de haber hecho un trabajo puro.
Es gran aficionado a la música, se crió en Liverpool, una de las cunas del pop, ¿no le dio por montar una banda?
Siempre quise ser músico, amaba a los Beatles, los Who, los Jam, Police…, Sting siempre estuvo en mi vida y Paul Weller es uno de mis grandes ídolos. Yo era todo un ‘mod’, pero la vida me llevó por otro camino. Tengo muchos amigos que son grandes músicos, como Phil Collins o The Edge (U2). Si hubiera podido elegir, no habría sido futbolista ni me hubiera dedicado a la tele, a mí lo que, de verdad, me habría gustado es ser un rockero como Sting.