Ernesto Valverde dio con la tecla del juego azulgrana hace meses, aunque ahora tiene una preocupación para viajar a Madrid: interpretar cómo ordenará Zidane a sus jugadores que ataquen al Barça. Todo varía si los blancos salen con dos atacantes o bien amanece el sábado con la idea de volver a situar a Benzema, Bale y Cristiano en ataque. La Supercopa dejó huella en el Barcelona, que no quiere que se repita lo vivido en verano, aunque las sensaciones son completamente diferentes.
Jordi Alba está siendo una de las piezas clave en el juego culé, tanto en ataque como en defensa. Si Bale sale de inicio, el lateral catalán, cuyas apariciones en el ataque azulgrana son una vía de escape para Lionel Messi, se podrían ver reducidas, además de obligar, en caso de hacerla, de forzar a Thomas Vermaelen a realizar la cobertura casi sin margen de error. Sea como fuere, Valverde tiene analizado cómo jugarle a los blancos y tiene mentalizados a sus futbolistas de qué tienen que hacer en todo momento. El objetivo es salir con el equipo de gala, con Sergi Roberto en el lateral, Busquets de pivote, Paulinho en el vértice superior del rombo y Messi y Luis Suárez en el ataque. La lesión de Paco Alcácer incomodó a Valverde, que en el valenciano había encontrado un útil comodín en el ataque.
Por la noche, el entrenador, su staff y colaboradores se reunieron para hacer una cena previa a las Navidades.