El Málaga se desangra
Los blanquiazules firmaron un partido infame frente al Betis y dejaron escapar la oportunidad de engancharse a la salvación. Ahora son vicecolistas y evidencian una alarmante falta de plan y de fútbol. El pésimo rendimiento del equipo y la mala lectura de Míchel tras la lesión de Adrián ponen al técnico en la picota.
Enésimo descalabro. El Málaga afrontó el partido ante el Betis habiendo sumado 10 de los últimos 18 puntos y tras haber encadenado dos jornadas consecutivas sin encajar un gol. El juego había mejorado bien poco, pero los números alimentaban cierta esperanza. La jornada era propicia para ponerse a un punto de la zona de salvación y presentar una candidatura firme a la permanencia. Sin embargo, el Málaga volvió a ser un equipo carente de alma, de argumentos futbolísticos y de plan. Cuesta adivinar aún, 16 jornadas después, cuál es la propuesta de este equipo. No hay ideas. No hay virtudes. Y no hay calidad. Esa es la realidad de este Málaga moribundo.
Al Thani, señalado. La afición volvió a brindar un recibimiento espeluznante al equipo y se llevó de nuevo una tremenda desilusión. La respuesta del equipo, una vez más, fue paupérrima. La grada cargó contra todos, aunque principalmente contra el jeque. Nasser Al Thani, vicepresidente y consejero delegado, presenció desde el palco cómo una parte muy mayoritaria de La Rosaleda clamaba por la marcha de su padre: “¡Al Thani, vete ya!”. La plantilla (“¡jugadores, mercenarios!”) y el técnico (“¡Míchel, vete ya!”) también fueron objetivo de la ira de los seguidores.
Cero movimientos. Mientras el equipo se desangra y las soluciones no llegan, el club se mantiene inmóvil. El presidente ni está ni se le espera, el entrenador, al menos de momento, sólo es discutido por un sector minoritario de La Rosaleda y a la plantilla, con los fichajes de Ignasi Miquel e Iturra ya cerrados, no podrán incorporarse más caras nuevas mientras no haya salidas.
11 puntos de 48. Pepe Mel decía sentir envidia sana de Míchel cuando fue despedido en el Deportivo. Lo cierto es que es casi un milagro mantenerse en un banquillo con 11 puntos sobre 48 posibles y habiendo recibido en casa a ocho equipos clasificados entre el octavo y el vigésimo (Eibar, Las Palmas, Athletic, Leganés, Celta, Deportivo, Levante y Betis).
Suicidio. Los números del Málaga son devastadores. Míchel, al menos hasta ahora, ha mantenido la confianza del club. Pero el partido del lunes ante el Betis le deja muy tocado. La decisión de sustituir en el minuto 39 a Adrián, lesionado, por Diego Rolan partió al equipo por la mitad y condenó al Chory Castro, que tuvo que ejercer de mediocentro de emergencia, y a Recio. Ese cambio dejó al Málaga sin centro del campo y sin opciones en el partido cuando quedaba casi una hora de juego. Fue un suicidio.
Bajas claves. Es de esperar que, tras la sanción a Rosales, Ignasi Miquel se estrene en Mendizorroza. Iturra no puede jugar hasta enero, así que Míchel deberá reinventar su doble pivote. Y el lunes quedó claro que su confianza en Rolón y Juanpi es mínima. Aunque más allá de ellos dos le quedan Kuzmanovic o Chory, y la prueba con el uruguayo no funcionó. Para el lateral Cifu no cuenta, lo que puede llevar a Luis Hernández a la banda. Le toca al entrenador encontrar soluciones y hacer que su equipo funcione de una vez. Una derrota en Vitoria dejaría al Málaga con un pie en el abismo.
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