Pau López obra el milagro en el tiempo de descuento
El Espanyol se dejó igualar un 0-2 en el minuto 80' (Remy y Calleri) y el portero del Espanyol repelió una pena máxima de la estrella canaria en la última jugada del partido. Quique queda muy tocado.
EI fútbol es el arte de lo imprevisible. Todo puede pasar aunque 15 minutos antes nada se intuyera del resultado final. Un segundo lo puede cambiar todo, fuegos artificiales que llegan desde la más absoluta oscuridad. Que se lo digan a Las Palmas, que el minuto 80 perdía 0-2 y que solo Pau López, en el descuento y parándole un penalti a Viera, impidió su victoria. Los visitantes, hasta ese gol de Remy, dominaron el partido a su antojo.
Lo que no ha sido capaz de hacer Las Palmas en cinco meses de competición lo hizo anoche Quique Sánchez Flores nada más empezar el partido. Debía buscar un golpe de efecto para cambiar la mala dinámica de su equipo, 3 puntos de 15, y se la jugó haciendo debutar a Duarte este curso en liga y proponiendo un 4-3-3 por primera vez desde que llegó al Espanyol. Tocaba la UD, hasta se podía decir que dominaba al principio, cayendo en la trampa visitante. Invisible como parecía, apareció haciendo todo el daño del mundo especialmente con las dentelladas de Gerard, Sergio y Baptistao.
Ocurre que los blanquiazules esperaban agazapados, aprovechando la mínima ocasión para lanzar un contragolpe mortal. Así llegó el 0-1, con un balón teledirigido de Victor Sánchez a Baptistao para que este, muy generoso le diera el cuero a Gerard para el 0-1. No le importaba al Espanyol cederle la pelota a Las Palmas, pues su juego era puramente horizontal salvo algún zarpazo de Calleri o Tana.
Si en Cornellá gritan “¡Quique vete ya!”, en Gran Canaria se vocifera el”¡Ramírez vete ya!”, en referencia a su presidente. La pitada con la que la afición de Las Palmas despidió a su equipo al final del primer tiempo, con medio estadio mirando al palco, anunciaba tragedia. Salvo una volea de Macedo en el minuto 57 o un gol bien anulado al incansable Calleri por fuera de juego, poco o nada se sabía de Las Palmas.
La tragedia insular estaba escrita hasta que, a falta de 10 minutos, un chispazo de Toledo habilitó a Remy para el 1-2. Los locales acorralaron a un desconcertado Espanyol, y Calleri puso la guinda en forma de 2-2 con un perfecto cabezazo. Después, el propio Toledo forzó un córner que acabó con un cabezazo de Remy al larguero. Arrinconado el rival, Viera se atrevió en el descuento a tirar el penalti que le hizo Jurado. Pero el héroe, vestido de portero, se llamaba Pau López.
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