"El famoso partido del 5-0 en el Camp Nou nos hizo cambiar muchas cosas. En ese momento no estábamos al nivel para competir contra aquel Barça. Pero al año siguiente ya notamos que sí podíamos. Contra el Barça y en general. Pasamos a tener un juego mucho más dominante. A finales de 2011 estábamos pletóricos. Nosotros lo sabíamos: en cuatro jugadas éramos capaces de romper cualquier partido. Era como ir al parque de atracciones".
"También había fases en las que no éramos dominantes pero el control era también nuestro. Por ejemplo, había la sensación de que cada córner en contra era más una ocasión de gol a nuestro favor que para nuestro rival. Cómo salíamos... Con Mesut, que parecía débil pero tenía una conducción de 30 metros brutal, Cristiano que corría por el lado atravesando todo el campo sabiendo que al final le iba a llegar el balón, con ese convencimiento, y luego, Karim y Fideo. Puro poder".