El Girona ya mira a Europa y el Espanyol, a la fatalidad
El gol de Timor premió en el histórico derbi a un Girona con las ideas muy claras y aceleró el desencanto perico: Cornellà gritó “Quique, vete ya”Espanyol - Las Palmas: LaLiga en directo
La hemorragia en la nariz de David López representó la metáfora perfecta del primer Espanyol-Girona en LaLiga. Tardó más de cinco minutos en dejar de sangrar el central tras recibir un golpe de su excompañero Stuani. El Espanyol, desalmado, se desangró en manos de un Girona recién ascendido pero con las ideas muy claras, en un derbi histórico que terminó con los rojiblancos a un punto de Europa y los blanquiazules, a cuatro del descenso pero sobre todo inmersos en una fatalidad que solo el presidente, Chen Yansheng, presente en el palco, puede detener.
Nadie diría que presentaba el Girona una defensa de circunstancias, Ramalho y Timor por los lesionados Bernardo y Muniesa, ni mucho menos que el equipo titular del Espanyol es el más repetido de esta Liga: seis jornadas ya. El que jugó de memoria ya de entrada fue el equipo de Pablo Machín, incisivo, corajudo y poniendo pases sin mirar, porque cada jugador intuye dónde se sitúa cada compañero. Lo contrario que los pericos, atascados en la salida y en la llegada, sin huecos y recurriendo a un juego cada vez más estéril.
Así, la primera parte de los locales se resume en una acción a balón parado (un cabezazo de David) y un chut desde lejos de Piatti que obligó a esforzarse a Bounou. Aunque mucho más se le multiplicó el trabajo a Pau, ante Borja García primero y después frente a Pere Pons, instantes antes del 1-0. Un córner que remata Ramalho, dejando el balón muerto en el área chica para que fusilara con astucia Timor.
Pese a poner en liza a Hernán y Granero, la réplica del Espanyol no llegó hasta el 71’, en un testarazo de Gerard que desvió Bounou con la yema de los dedos. Si se estiraron algo los pericos fue por concesiones del Girona, que se replegó, y que aun así merodeó el 0-2 en los pies de Portu.
El orgullo que le faltó al Espanyol para buscar la igualada sí lo mostró, herido, buena parte de Cornellà, que a diez minutos del final acabó gritando “Quique, vete ya”. Chen, testigo de la fatalidad de su proyecto.