Rubén al fin logra acabar con su gafe en el Deportivo
El meta coruñés no sabía lo que era ganar en Liga ni dejar su puerta a cero hasta el Leganés. También fue el primer duelo de la era Cristóbal sin encajar.
La afición deportivista, Cristóbal y todo el equipo estaban realmente contentos este sábado tras la victoria ante el Leganés (1-0). Pero si había un hombre feliz por encima de todos, ese era Rubén Martínez. El portero coruñés se sacó de encima un gafe que perseguía a la portería del Deportivo, pero especialmente a él. El partido ante los pepineros era el sexto del meta de Coristanco en LaLiga y por primera vez pudo celebrar una victoria como blanquiazul.
Aunque llegó la temporada pasada, no debutó en LaLiga hasta este año. Lo hizo ante el Madrid y fue con derrota (0-3). Luego el equipo jugó fuera en Levante y acabó en empate (2-2). Después de esos dos partidos se lesionó y no volvió hasta la jornada 12ª ante el Málaga (3-2). Luego vino el Athletic (2-2) y el Sevilla (2-0) hasta que al fin llegó el triunfo.
Rubén también logró dejar la puerta a cero, algo inédito en su etapa de blanquiazul. Además de estos cinco partidos de LaLiga el curso pasado jugó dos de Copa ante el Betis y ambos encajó: 1-0 en la ida en el Benito Villamarín y 3-1 en la vuelta. En este último partido el meta coruñés sí participó en un triunfo, pero fue en Copa y no en LaLiga.
También a la octava llegó la vencida para Cristóbal a la hora de dejar la puerta a cero, ya que en sus siete partidos al frente del banquillo deportivista (cinco de LaLiga y dos de Copa), siempre había encajado. El último gafe estaba en la convulsa portería, ya que esta temporada hasta el duelo ante el Leganés el Depor sólo había logrado ganar con Pantilimon como portero.
Ni un remate del Leganés entre los tres palos
Gran parte de culpa de que el Deportivo dejase su portería a cero tras ocho partidos encajando (seis de LaLiga y dos de Copa) la tuvo la mejoría del equipo en su entramado defensivo. La primera piedra para construir el muro fue defenderse con el balón, ya que los de Cristóbal tuvieron el 59,4% frente al 40,6% del Leganés.
Otro factor, al margen de la intensidad demostrada por todo el equipo, fue la mejoría en la estructura de contención con el cambio de sistema al 4-2-3-1. Los dos mediocentros, Guilherme y Celso Borges, no brillaron en exceso en ataque pero sí estuvieron muy acertados en la destrucción.
Por último, la línea defensiva formada por Juanfran, Schär, Sidnei y Navarro se va asentando y estuvo prácticamente perfecta. El resultado fue un Leganés incapaz de disparar una sola vez entre los tres palos, que sólo realizó tres remates fuera y al que el Depor sólo le concedió un córner.
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