Un ensayo del Mundial de Rusia cruza a Leo Messi con España

Moscú ya es la capital del fútbol mundial a veinticuatro horas del sorteo que decidirá la composición de los ocho grupos del campeonato que se desarrollará el próximo verano desde el 14 de junio al 15 de julio. El trofeo de la Copa del Mundo llegó ayer al Palacio del Kremlin, residencia oficial del presidente ruso, Vladimir Putin, y lugar que acogerá el sorteo. El alemán Miroslav Klose, campeón del mundo en Brasil, será el encargado de subir al escenario del sorteo para hacer el simbólico acto de entrega del trofeo.

La organización rusa y los encargados de la FIFA quieren que todo salga a pedir de boca y por eso se suceden los ensayos del sorteo siguiendo el protocolo establecido. Ya no se habla de bolas calientes, como en algún sorteo precedente, aunque algunos lo agradecerían porque Moscú nos recibió a seis grados bajo cero. Ayer, con el exatlético Diego Forlán como una de las manos inocentes, España quedó encuadrada dentro del Grupo F con Argentina, Islandia y Arabia Saudí. Así Messi se cruzaría en el camino de La Roja, lo que no es una buena noticia, precisamente, para el crack del Barcelona, porque España es el principal rival a evitar del bombo 2 para todos los cabezas de serie.

En otro simulacro de sorteo hecho el martes también cruzó a una megaestrella con España: Cristiano. Ahí, dentro del Grupo D, estaría con Portugal, Senegal y Corea del Sur. Si se diera este emparejamiento, España tendría enfrente a Toni Grande y Javier Miñano, que acaban de fichar como segundo seleccionador y preparador físico de los surcoreanos y fueron campeones del mundo en 2010 con Vicente del Bosque.

La delegación de la Federación Española de Fútbol en el sorteo ya está en Moscú. Juan Luis Larrea y Fernando Hierro encabezan la nutrida representación española. La cúpula federativa llegó en un vuelo de Aeroflot a la capital moscovita a las 18:30 hora local (16:30 en España). Junto al presidente y al flamante director deportivo se desplazó también el director de competiciones Edi Dervishi, albanés que pidió asilo político en España.

Julen Lopetegui, por su parte, llegó antes a Rusia que el resto de la expedición. El seleccionador viajó junto a Pablo Sanz, uno de sus colaboradores, antes para inspeccionar las instalaciones de Krasnodar, elegidas finalmente como lugar de concentración de La Roja. Y ya no hay vuelta atrás. Pase lo que pase en el sorteo, Krasnodar será la base de operaciones de España en el Mundial 2018, a pesar de algunas contraindicaciones.

España se ha decantado finalmente por un lugar relativamente aislado del trajín del Mundial. Krasnodar, a 1.350 kilómetros de Moscú, donde preferían los jugadores, no albergará ningún partido de la competición.

La sede más cercana, Sochi, está a 170 kilómetros. La que fuera sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 albergará seis encuentros: cuatro partidos de la primera fase (de los grupos B, C, F y G) uno de octavos de final y otro de cuartos.

Antes de partir, Larrea expresó su deseo de lo que quiere que depare para España el sorteo que se celebra este viernes en el Kremlin. “Lo ideal sería que lo más duro sea después de los grupos. Lo que pido es una fase de grupos más dulce y que vaya subiendo la intesidad y la dificultad según avance el torneo en el que todos tenemos puestas tantas esperanzas. No ser cabeza de serie es algo a lo que no hay que darle más vueltas porque es inevitable. Y en todo caso ya sabemos que en un torneo como el Mundial tiene que salir todo perfecto para tener éxito. ¡Claro que ojalá se repita lo de Sudáfrica!, pero no es fácil”, declaró el máximo mandatario de la Federación.

El presidente tomó rumbo a Rusia después de que la Federación hiciera público por la mañana que la Asamblea Extraordinaria de la Federación, que debatirá y votará la moción de censura presentada por Luis Rubiales, se celebrará el 16 de enero.

Al tiempo, el Consejo de Estado decidirá si se deben repetir las últimas elecciones a la presidencia de la FEF, después de la petición formal hecha por el TAD a instancias del CSD. Moscú se ha convertido para Larrea en un apacible paréntesis dentro del ruido institucional que se vive en torno a la FEF. Ahora sólo importa la Selección.