Un gol desde algo más de 40 metros en una noche en París le convirtió en leyenda de un Real Zaragoza que sigue recordando con mucho cariño pero, antes de inscribir su nombre en los recuerdos futboleros de toda una generación (zaragocista o no), Nayim fue el primer español que se atrevió con la dura y aún poco aperturista Liga inglesa que estaba a punto de convertirse en la gigantesca Premier League.
Mohammed Alí Amar, más conocido como Nayim, nació en Ceuta el 5 de noviembre de 1966. Desde joven se interesó por el fútbol y en un Campeonato de España fue captado por el FC Barcelona que le ofreció una prueba en la Masía, dónde se acabó quedando. El ceutí subió poco a poco desde el juvenil B al juvenil A y hasta el primer equipo, donde Terry Venables le dio la alternativa en Primera División.
El entrenador inglés sería clave en su carrera. Venables dejó el banquillo del Barça al que llegó Johan Cruyff, que no confió en Nayim. Según cuenta a As, Cruyff quería cederle y él no aceptó. “No contaba conmigo y me quería mandar cedido. Yo me negué y me apartó del equipo y ahí es cuando decido marcharme al Tottenham. Me fui porque me encontré una persona que no confiaba en mi fútbol y me fui con otra que si lo hacía (Venables).” asegura.
Fue el propio Venables el que medió entre los clubes para llevarse a Nayim al Tottenham y convertirle en el primer español en jugar en la Liga Inglesa, cuando faltaban aún unos años para convertirse en la actual Premier League. En White Hart Lane se convirtió en ídolo gracias a su fútbol y también, a formar parte de una de las mejores épocas del club del norte de Londres en las que coincidió con uno de los mejores jugadores del mundo en esos años, Paul Gascoigne. El excéntrico delantero inglés llegó el mismo año que Nayim al club y forjaron una gran amistad. “Paul es un tipo extraordinario, con un corazón increíble. La verdad es que me encantó jugar con él en un momento en el que era el mejor del mundo. Nos lo pasábamos bien. Siempre estábamos de broma, es un tipo alegre pero, eso sí, muy competitivo cuando había que jugar." cuenta Nayim sobre ‘Gazza’, con el que compartía juegos al finalizar el entrenamiento (meter balones dentro de una paplera o marcar goles desde el medio sin dejarla caer) y también, alguna travesura.
“Paul un día llegó a meter su coche en el campo de entrenamiento y se puso a derrapar. Con eso te digo todo.” cuenta mientras sonríe y recuerda otra anécdota aunque también lamenta la situación actual del ex-futbolista inglés. “Era maravilloso convivir con él porque siempre estaba alegre lo que pasa es que después de la lesión, cayó en depresión. No fue el Gascoigne que el quería ser y ahí, empezaron los problemas" asevera.
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Gascoigne, Nayim, Stewart y Torstvedt Pinterest El ser pionero en la Premier, le hace sentir orgulloso y también recordar la responsabilidad que sentía al llegar allí. “Para los que empezamos, era importante hacerlo bien para que el dirigente británico confiara en los futbolistas españoles porque también somos competitivos." . Nayim llegó a un fútbol inglés aún cerrado a las tendencias europeas y donde los ‘wingers’ (extremos clásicos pegados a la banda y que solo centraban), los delanteros ‘tanque’ y los centrales duros reinaban. "Ahora, ha cambiado mucho. Hay muchos jugadores de fuera de Inglaterra, mucha influencia del resto de Europa y, sin duda, hay más calidad futbolística." Una Premier actual que se adaptaría mejor a sus características como jugador.
Su mejor recuerdo, nos dice, fue la FA Cup que conquistó con los Spurs en 1991 contra el Nottingham Forest en un Wembley abarrotado. También dejó varios partidos y goles para el recuerdo, entre ellos, una volea desde fuera del área contra el Liverpool en la 92-93 y el tercer gol que cerraba una goleada en Old Trafford al United en el 89. Sin dejarla botar, al palo contrario del meta ‘red devil’.
Después de cinco temporadas en Londres, Nayim quería triunfar en el fútbol español y no se lo pensó dos veces. Víctor Muñoz fue a buscarle a Londres y no dudó. “Llevaba cinco años en un fútbol maravilloso pero tenía la espinita clavada de triunfar en el fútbol español. No pude jugar con Johan en el Barça y yo quería demostrarme a mi mismo que podía jugar a mi mejor nivel contra los mejores en España. ” recuerda el centrocampista...y no se le dio mal.
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AS En Zaragoza, su gol desde el centro del campo a Seaman en la final de la Recopa de Europa del 95 le hizo pasar de ídolo a leyenda en un equipo en el que compartía vestuario con futbolistas de la talla de Esnáider, Pardeza, Gay o Poyet. Del famoso gol nos dice que fue mitad intuición y mitad conocimiento y también algo de suerte. "Son circunstancias del juego que pueden pasar en cualquier momento. A mi me pasó en el último minuto de la prórroga de una final. Yo ya sabía que Seaman jugaba muy adelantado y en ese momento, vi que se podía, lo intenté y salió bien." relata Nayim que también tiene un recuerdo para todos sus compañeros sin los que “no habría sido posible” y a los que rememora como “un equipazo”.
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Gráfico con el gol desde el centro del campo. DIARIO AS De Zaragoza pasó a Logroño, donde las cosas salieron torcidas en un equipo que aspiraba a volver a Primera y que estuvo lejos del objetivo. En el 99, con 33 años, Nayim colgó las botas pero no dejó el fútbol.
A día de hoy, reside en su Ceuta natal donde “echa una mano” en la Agrupación Deportiva Ceuta , que preside un familiar suyo. Nayim ayuda en los despachos pero también en el campo de entrenamiento con los porteros del club.
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Tejera y Nayim celebran un gol con el Logroñés. AS Aunque vive a más de 1000 kilómetros de la Romareda, sigue con avidez al Zaragoza del que no se pierde ningún partido y que, además, comenta en su cuenta de Twitter (@maanayim ). Asegura “que hace falta más” y que “con más regularidad” se alcanzarán los objetivos. “Me gusta como esta jugando el equipo, como se plantean los partidos” añade sobre los pupilos de Natxo González, a los que no les quita ojo.
"Ya soy zaragocista para el resto de mi vida.” afirma rotundo Nayim , al que el zaragocismo recuerda con todo el cariño del mundo desde aquella noche de leyenda en París.