Zaza ha marcado 8 de sus 9 goles en uno o dos toques
El italiano practica en cada sesión el remate de cara al importante partido del Valencia contra el Barcelona del próximo domingo, en Mestalla.
Simone Zaza sólo tiene en mente ahora mismo una cosa: el partido contra el Barcelona. El italiano está como un león enjaulado tras perderse los dos compromisos con su selección y el partido de Cornellà con el Valencia. Por eso, no quiere ni oír hablar de parar por más que su rodilla se empeñe en darle pequeños avisos.
El entrenamiento de ayer fue una compilación de sensaciones para el delantero transalpino. Por un lado, se le vio tocarse la rodilla izquierda, con gestos de que le molestaba, y hablar con el médico. Pero por otro demostró que no le importa que la articulación le duela de vez en cuando. El italiano no va a dosificar. Ni siquiera en los entrenamientos. Y eso se comprobó ayer cuando, una vez que sus compañeros se fueron a los vestuarios, él se quedó durante una media hora, junto a Rúben Vezo y Jaume, practicando el remate y los disparos desde el borde del área.
Zaza sabe que esas son sus dos mejores armas para hacer daño al contrario, en este caso al Barcelona. Y por eso las pule y afina siempre que puede, sin importarle que la rodilla aconseje descanso, al menos después de los entrenamientos.
Los datos corroboran lo obvio: la mejor virtud de Zaza es el remate y el disparo tras un buen control. Así han llegado 8 de los 9 goles que ha marcado Simone Zaza en esta Liga. Cinco de ellos han sido al primer toque (Las Palmas; Málaga, dos; Real Sociedad y Athletic); tres tras un control (Málaga, Betis y Alavés); y uno tras un control, acomodamiento y disparo (Sevilla).
No necesita el delantero del Valencia demasiadas florituras para percutir su fusil. Contra Las Palmas marcó con un remate desde la frontal del área con la izquierda, de primeras, como los que ensayó ayer. Los tres al Málaga fueron de diferente factura. El primero, entrando al segundo palo a rematar, al más puro estilo de delantero centro; el segundo, de cabeza, en plancha; y el tercero, tras robarle la cartera al rival y batir por bajo al guardameta.
Contra la Real Sociedad volvió a perforar la meta rival de un zurdazo, al primer toque, al borde del área. Guedes se la dejó para fusilar al portero, como más le gusta. Muy parecido fue el gol ante el Athletic, en Mestalla, aunque desde dentro del área. También al primer toque, zurdazo a la red.
Una semana después, en el Benito Villamarín, Zaza marcó el quinto gol del Valencia, tras un excelente control con el pecho y un disparo seco. Contra el Sevilla se vio su gol más elaborado. Necesitó tres toques. Controló de espaldas con el rival encima, se zafó de él con un leve toque y disparó cruzado, lejos del abasto del portero. En su último gol hasta la fecha, contra el Alavés, necesitó de dos toques para batir al meta blanquiazul. Control y disparo con la derecha, alto y cerca de la escuadra.
Estos son sus poderes. Y los quiere explotar siempre que su rodilla le deje. Muy mal tiene que estar para no jugar el domingo contra el Barcelona. Ayer al menos demostró estar bastante bien, pese a que por momentos se quejó de la rodilla. Tan cómodo estuvo sobre el césped, que aún le dio tiempo a ponerse de portero, al final de la sesión extra de disparos, donde demostró también buenas maneras.
Marcelino mima a su goleador
Marcelino asistió a la exhibición de remates y disparos a puerta del delantero transalpino desde una de las bandas del campo de entrenamiento de Paterna. A tanto fue la cosa que el técnico tuvo que frenarle en su ímpetu, en algunos momentos, por temor a que en uno de esos remates la rodilla dijera basta. Después de la sesión extra de remates, Zaza estuvo hablando con Marcelino. No obstante, la decisión está tomada: jugará mientras la rodilla le deje. Y de momento le deja.