Aduriz empata por casta ante un sólido Villarreal

El Athletic no acaba de salir del apuro y el Villarreal mantiene su racha como equipo invicto. San Mamés repartió un punto para cada uno y aunque no supone amargura alguna, nadie se fue contento del todo. El Submarino fue un equipo sólido, muy oportunista, aunque falló un penalti y una clara ocasión al final. Y el equipo rojiblanco se pudo sobreponer a base de casta, con un golazo con 'copyright' de Aduriz en testarazo. "Hay que dar una vuelta de tuerca a todo", sentenció el ariete donostiarra. Significativo del calvario que vive esta gente.

Hasta que llegó el empate, el Athletic fue un equipo fatigoso, aunque en esta ocasión se le veía con más ánimo. El principio y el final estuvieron bien, pero lo de enmedio resultó otro ejercicio de impotencia. En ataque vive en fase amarga en los últimos metros y en defensa anda agrietado. No acaba de encontrar cobijo para sus esperanzas. Su moral tiene visibles agujeros. Y si el Villarreal puede fardar de algo es de lo contrario, de confianza. Le daba igual plantarse en un campo que era un infierno para su amarillo intenso y con siete ausencias, muchas en el candado: dos en la portería y otra pareja en el centro de la defensa (encima los sanos vieron amarilla).

El Athletic se fue desconectando tras un inicio fulgurante. Le echó casta, pero le faltó fútbol. Paradojas del destino, en la semana de Arrizabalaga, que sigue dando que hablar por su no renovación, paró un penalti a Trigueros. Coreó la grada su nombre. A ver si ese cariño desatasca las conversaciones. Con un rombo en medio muy bien armado y jugadores de gran calidad como el centrocampista sevillano, Calleja ha puesto al grupo en la sala de espera de la Champions. Los Rodri, Soriano y Fornals se infiltraban en las líneas enemigas anunciando drama entre la parroquia local. Una gran internada por la derecha de Mario fue rematada por Trigueros, en fulgurante aparición, desde la frontal.

Fue un jarro de agua fría para los leones. Y lo siguiente, un dominio de un Submarino muy compacto. Ziganda optó por la vía radical. Quitó a un Córdoba que estaba siendo uno de los mejores y a San José para meter pieza por pieza con Susaeta y Rico. Luego ordenó a Aketxe mover al equipo desde la mediapunta en lugar de un peso pesado como Raúl García. Fue un acierto porque con el robo y el control Rico y Aketxe dieron otros bríos. En la segunda parte, el Athletic volvió a su versión agitadora. Ya que no podía por fútbol se fue a por el empate por casta. Antes de desfilar, Córdoba envió un balón al larguero. Acto seguido Soriano no acertó en un disparo claro en el corazón del área.

Tocaron a rebato los locales y un gran pase desde la orilla izquierda encontró la cabeza de Aduriz, que marcó muy bien los tiempos. Luego dispuso de una chilena que no ajustó bien. La platea entró en combustión y el equipo recobró la pasión necesaria. Fueron diez minutos en los que se olisqueaba la remontada. Luego el Submarino reencontró la compostura y ambos aceptaron el reparto del botín. Sansone la tuvo en un contraataque en el descuento pero Cheryshev lanzó la pelota rozando el poste. Y Aketxe en un columpio frenético contó con otra que llevaba ADN de gol. El resumen: casi lo más feroz arreció en los minutos 91 y 92.