Cero puntos, pero 25.529 razones
El Espanyol se quedó sin sumar ante el equipo de moda, pero ganó 25.529 razones para seguir protestando por unos horarios justos y para cambiar el chip.
Ambiente grande. Cornellà-El Prat quiere Valencia, Barcelona y Madrid. Quiere horarios para todos los públicos. Quiere ataque, ocasiones, entrega y, si puede ser, goles (pero de su equipo). Quiere pelear contra gigantes para demostrar que el rebelde Espanyol también es capaz de derribarlos. Así se demostró en la grada de este Espanyol-Valencia, insulso en cuanto a clasificación en la jornada 12, pero salado para una apasionada grada que se divirtió como pocas hasta el 0-1. El Espanyol se quedó sin sumar ante el equipo de moda, pero ganó 25.529 razones para seguir protestando por unos horarios justos y para cambiar el chip. Ese “trata de arrancar el proyecto” al que se refería el técnico en la prensa. Y que está costando más que el McLaren de Fernando Alonso.
Minuto 12. Hubo tantos partidos como minutos. Y el del 12’, con las banderas blanquiazules ondeando en la otoñal tarde, quedó empañado por la lesión de Baptistao. Desde el primer segundo el delantero ya vio que no era una acción más, sino que el choque con Gabriel le había provocado una dolencia. El médico pidió al cambio nada más examinarlo y Quique intercambió palabras de ánimo cuando ambos se enconcontraron. Un traspié que no lo fue para el duelo sino para el futuro.
Nueva dupla. Pero no fue tan determinante la baja del delantero. Sergio García, que había reclamado más minutos entre semana, se estrenó de titular a lo grande. Solo le faltó el gol, pero sus botas protagonizaron múltiples ocasiones, asistencias, ayudaron a que su equipo jugara mejor que otras veces y, en especial, se entendieron como pocos con un Gerard Moreno estelar, junto a Benzema, único delantero centro de la Liga que siendo nueve entiende el juego como un ocho.
El desatino. Pero la efectividad, que muchas veces no responden a lógicas, está reñida esta temporada con el equipo perico. Fiel compañera el curso pasado, en este le ha dado la espalda. Así se resumió el encuentro, en una genialidad de Kondogbia que derrumbó a Pau. El gol desdibujó a un Espanyol que lo había hecho todo, por arriba y por abajo, al contraataque y en el juego posicional, pero no que se topó una y otra vez con el desatino.
El lunes. La gasolina le duró al Espanyol 70 minutos. Luego, entre el desconsuelo y el cansancio de algunos jugadores, el Espanyol vivió a merced de un Valencia que no hizo otra cosa que ganar jugadores titulares, con la entrada de Guedes y Soler. Cornellà-El Prat se desinfló como un globo, la gente empezó a desfilar con la misma cantinela de cada año: soñaron durante 60 minutos por tumbar a un grande, pero acabaron desesperados por la derrota. El Espanyol no sumó, pero ganó 25.529 razones para seguir intentándolo. Siempre hay otro lunes de revancha...