El Zaragoza resucita al Almería
Fran Fernández le deja la mejor herencia a Lucas Alcaraz, que debutó en el banquillo con victoria. El equipo aragonés fue un completo desastre. Zaragoza - Valladolid: LaLiga 1|2|3, jornada 41
Decididamente, el Zaragoza tampoco está para nada en esta temporada. El equipo de Natxo González volvió a las andadas en estadio Juegos Mediterráneos y dejó un partido calamitoso, o mejor dicho, insoportable, frente a un rival que llevaba cuatro derrotas consecutivas y hasta ocho jornadas sin ganar. El Almería le ganó con toda la justicia, gracias a tres obuses de Fran y de Rubén Alcaraz (2) que nadie acudió a defender. Fran Fernández ––entrenador por un día–– le deja la mejor herencia a Lucas Alcaraz, un triunfo como punto de partida para un futuro mejor.
El Almería lo tuvo claro desde el pitido inicial: fútbol directo y balones al área casi desde cualquier sitio para buscar al ariete Juan Muñoz. En los primeros veinte minutos la apuesta estuvo a punto de rendirle beneficios, porque Pozo, su futbolista más clarividente, y el central camerunés Owona tuvieron claras ocasiones ante Cristian Álvarez.
El Zaragoza tardó casi media hora en asomarse al área del Almería, y lo hizo en un par de acciones de Raúl Guti, al que Natxo González situó anoche al lado de Febas y dentro de un 1-4-1-4-1, con Zapater de ancla y Toquero y Pombo en las bandas. Todos fracasaron.
Pareció por un momento que el Zaragoza iba a hacerse con el mando del partido, pero nada más lejos de la realidad. El Almería, que se fue de rositas en una agresión sin balón de Rubén Alcaraz a Guti, retomó la iniciativa en el último tramo de la primera parte y se adelantó en el marcador en una falta servida por Pozo y resuelta por Fran con un impresionante derechazo desde fuera del área que se coló por la misma escuadra. Gol psicológico, porque quedaban apenas dos minutos para el descanso. Y nuevo agujero en la estrategia del Zaragoza, porque nadie salió a tapar el disparo de Fran.
El equipo aragonés siguió jugando con fuego a la vuelta del intermedio y se empeñó en percutir por el centro, haciendo un fútbol lento y previsible que favoreció los contragolpes del Almería. En uno de ellos, Juan Muñoz se fue con extrema facilidad de Grippo, condicionado por una tarjeta amarilla, y a punto estuvo de sentenciar el encuentro con una vaselina que conjuró Cristian Álvarez con muchos apuros.
El reloj le empezó a correr al Zaragoza a toda velocidad, pero todos sus esfuerzos resultaron inútiles. Mucho toque, pero poca intención, nada que incomodase al Almería, firme atrás, esperando siempre una oportunidad a la contra.
Natxo González dio entrada a Eguras por Guti para intentar dar algo más de criterio y agilidad a su fútbol, pero ni Febas ni Toquero tuvieron el día y Borja Iglesias estuvo muy marcado. Por contra, el Almería siguió coleccionando ocasiones, como un cabezazo en carrera de Juan Muñoz que obligó a una gran intervención del portero del Zaragoza.
Pero tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose definitivamente. Y a diez minutos del final el Almería sentenció el pleito con un disparo de Rubén Alcaraz desde fuera del área que se coló junto al poste izquierdo de Cristian Álvarez. Y el festival local todavía fue mayor, porque en el descuento de nuevo Rubén Alcaraz firmó el gol de la noche con una impresionante vaselina desde 50 metros que cogió a Cristian adelantado.
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