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CELTA 3 - ATHLETIC 1

Aspas deja tocado a Ziganda

Un doblete del delantero del Celta y otro gol de Sergi Gómez sentenció el partido en el 25'. El Athletic recortó distancias por medio de Raúl García.

Aspas deja tocado a Ziganda
Salvador SasEFE

El Celta arrasó al Athletic con un colosal inicio de partido. Ante la irregularidad continuada y después de la debacle en Málaga, Unzué realizó varios cambios tácticos que dejaron noqueado a su amigo Ziganda. Primero cambió su habitual dibujo (4-3-3) para apostar por lo clásico, el 4-4-2 de toda la vida. Con este movimiento encontró la solución para ubicar a Iago Aspas por el centro, con libertad de movimientos. Y cuando el moañés tiene vía libre para hacer lo que quiere, es casi imparable.

Así se demostró con una primorosa media hora inicial. La otra gran variación táctica de Unzué fue el empleo de la posesión, no tan horizontal y sí más vertical. Se notó que el Athletic estaba sorprendido al tener el balón, no era el plan esperado. Y cuando el Celta apretó el acelerador en los últimos metros, no hubo forma de sostenerle. Abrió Sergi Gómez el marcador con un testarazo tan estético como efectivo, gracias a un preciso servicio de Pione. Otra asistencia para el rey del último pase de LaLiga. El extremo danés tuvo en sus botas el segundo tanto dos minutos después, pero su disparo lo sacudió una mano milagrosa de Kepa.

Con el Athletic en pleno desconcierto, Aspas aprovechó para montar su fiesta particular. Le ganó la espalda a Núñez en dos ocasiones y no tuvo perdón. Dos balones a la red, uno con la diestra y otro con la testa. Ya suma cien goles con la camiseta celeste. El Athletic, totalmente desquiciado, no era capaz de levantar la cabeza. Todos sus hombres miraban al suelo, desesperanzados. Todos menos uno, Raúl García, que se encargó de dar vida a su equipo antes del descanso con un disparo a bote pronto. La garra del navarro dio fe al Athletic y le permitió resucitar tras el descanso. Tal fue así, que el encuentro parecía uno nuevo en la reanudación.

Los rojiblancos encerraron a los célticos, obligándolos a hacer lo que peor saben: defender. Y la inoperancia olívica se multiplica cuando el balón va por el aire. Y así, a través del juego aéreo, estuvo a punto de reducir distancias el equipo visitante. Laporte remató un balón peinado por Williams y Rubén lo despejó a bocajarro. Algún jugador vizcaíno incluso reclamó el gol, pero las repeticiones demuestran que el cuero no traspasó la línea. Luego hubo otro testarazo de Núñez que se fue por poco. Y, aunque tenía el balón y amenazaba, el Athletic no llegó a lograr ese gol que le permitiera soñar con el punto. No tuvo imaginación en la zona cercana a la portería, mientras que al Celta le sobró. Ahí estuvo la diferencia que permitió la victoria celeste. Un alivio para Unzué, que además se reivindicó con su buen movimiento en la pizarra. Su amigo Ziganda se mantiene en las dudas, con una situación clasificatoria que empieza a ser preocupante.