La ventaja con la Champions ya es de cuatro puntos
La victoria ante el Alavés, unida al empate del Atlético ante el Villarreal y la derrota del Real Madrid, en Montilivi, aumentan la brecha de los ché.
El Valencia continúa con paso firme en su objetivo de recuperar la hegemonía perdida en Primera División. Los de Marcelino siguen invictos. Todavía no han perdido en estas primeras diez jornadas del campeonato doméstico. Y tampoco lo hicieron en la ida de Copa del Rey ante el Real Zaragoza. Y están firmando unos números espectaculares que les han llevado a ocupar, a estas alturas, la segunda plaza de la Liga a cuatro puntos del líder que ahora mismo es el Barcelona.
Un líder que por ahora es el único que aguanta (y supera) el ritmo de los blanquinegros. Y es que esta misma jornada, por ejemplo, los ché han vuelto a abrir hueco en la tabla. Con su victoria en el campo de Mendizorrotza ante el Alavés y los tropiezos de sus inmediatos perseguidores han adquirido una ventaja de cuatro puntos con respecto al tercero y al cuarto que ahora mismo son Real Madrid y Atlético de Madrid, respectivamente. Los blancos cayeron ayer en Girona y los colchoneros no pasaron del empate en su casa ante el Villarreal el pasado sábado. De ahí que los valencianistas han abierto una brecha que va ya más allá de un partido entre sus rivales más directos por el ambicioso objetivo de volver a jugar la Champions League la próxima temporada.
Ahora, los de Marcelino reciben al Leganés el próximo sábado en Mestalla en un partido justo antes del parón liguero que llega a principios de noviembre por los compromisos internacionales. Un parón al que los ché quieren llegar, mínimo, con dicha ventaja de cuatro puntos ya que la siguiente jornada ellos visitarán en Cornellà al Espanyol mientras que Atlético y Real Madrid se enfrentarán entre ellos en el Wanda.
De hecho, justo después llegará el, hasta la fecha, intratable líder a Mestalla. Unas cuentas que se hacen en el vestuario ché aunque el discurso de puertas para afuera sea el del ‘partido a partido’. Que también. Porque Marcelino ha inculcado a los suyos que deben de pensar siempre a corto plazo y en ello están. Pero irremediablemente, sobre todo en el entorno valencianista, se empieza a hacer algo incontrolable la euforia después de varios años sumidos en el desánimo más absoluto.
