El Málaga toca fondo y Míchel apunta al vestuario
El técnico criticó con dureza a sus jugadores por primera vez. El encuentro del domingo ante el Celta puede marcar la temporada y el futuro del entrenador blanquiazul.
Málaga tocó fondo el martes en Soria. La Copa no es ni mucho menos un objetivo a considerar esta temporada en La Rosaleda cuando el equipo es colista en Liga con un punto en nueve jornadas. Pero el batacazo sufrido en los últimos minutos del choque en Los Pajaritos, en los que los blanquiazules se dejaron remontar el partido con dos goles encajados en los minutos 93 y 94, ha provocado una catarsis en el vestuario. Míchel llevaba semanas defendiendo contra viento y marea a sus futbolistas, tratando de mantener firme su discurso de optimismo y esperanza. Pero el martes cambió el guión y estalló apuntando directamente a sus jugadores. Sin cortapisas.
“Me siento encabronado, mi futuro no tiene ninguna importancia. Desilusionado no estaré jamás, pero estoy enfadado y cabreado, hay cosas que se le escapan también al entrenador. Cuando uno se viste de futbolista debe saber qué es eso. Debemos exigir a algunos de nuestros jugadores que den mucho más. No sé si es falta de actitud, que les falta calidad o que les vemos vestidos como jugadores de Primera y parece que lo son”, aseguró Míchel notablemente molesto con el partido de su equipo.
La reprimenda pública se vio aumentada en cuanto a dureza verbal y al tono de las palabras empleadas por el técnico dentro del vestuario. Es la primera vez que Míchel señala sin dobleces a sus futbolistas.
El Málaga ha empatado uno y ha perdido nueve de los diez partidos oficiales que ha disputado hasta ahora (ocho en Liga y uno en Copa). Incluyendo la pretemporada, son 17 derrotas en 19 encuentros. El equipo no levanta cabeza, no existe un patrón definido de juego, Míchel no para de tocar teclas sin encontrar la solución y el Málaga se muestra inoperante. Falta criterio con balón y falta orden, competitividad e intensidad sin él. Por supuesto, también falta mucha calidad en una plantilla que está muy mal confeccionada y que está ofreciendo un rendimiento calamitoso. Los números no dejan lugar a dudas. Cinco goles a favor y 22 en contra entre Liga y Copa. Ni ataque ni defensa.
El partido del domingo es una especie de penúltima oportunidad para engancharse a la pelea por la salvación. Mario Husillos, nuevo director deportivo tras la destitución de Arnau, no ha parado de ratificar a Míchel desde que asumió el cargo. Pero la situación empieza a ser insostenible y el futuro del técnico puede verse comprometido si no hay reacción ante el Celta.
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