El Nápoles roza la remontada tras una media hora infernal
Sarri reservó titulares para el partido liguero ante el Inter y los de Guardiola aprovecharon para colocarse 2-0 con tantos de Sterling y Gabriel Jesús. Diawara marcó para los visitantes.
El City derrotó por la mínima a un Nápoles que se presentó en el Etihad con la 'caradura' que le había pedido su entrenador, rozando una remontada que, después del primer tramo del enfrentamiento, parecía utópica. Sarri, pensando en la pelea por el Scudetto (el sábado recibirá el Inter), decidió renunciar a los titulares de su medular, Allan y Jorginho, sustituyéndolos con los jóvenes Zielinski y Diawara. Se echaron de menos, pero todo el equipo azzurro empezó el partido asustado, destrozado por el juego perfecto de los de Guardiola. Fue una media hora infernal para los italianos: Sterling y Gabriel Jesus tras 13 minutos firmaron el 2-0 y los Citizens hubieron podido marcar más con De Bruyne (que golpeó el travesaño) y el mismo Jesus, cuyo chut fue parado en la línea de gol por Koulibaly.
Cuando el miedo a una goleada histórica se apoderaba de los 'tifosi', el Nápoles, inesperadamente, se despertó. Poco a poco, los azzurri se acercaban a la portería rival y creando cada vez más peligro: antes del descanso, los napolitanos hasta desperdiciaron un penalti (por agarrón de Walker a Albiol) que Ederson le paró a Mertens.
El Nápoles comenzó la reanudación con el mismo espíritu, reforzado por el ingreso de Allan, que cambió la cara de su mediocampo. A pesar de la lesión de Insigne, que abandonó el campo por un problema muscular y debilitó mucho a la delantera, los azzurri siguieron buscando la remontada, y la tuvieron muy cerca. En el 73' conquistaron otra pena máxima (dura entrada de Fernandinho sobre Ghoulam) y esta vez desde los once metros se presentó Diawara, que no falló.
Los últimos 20 minutos fueron igualados: el Nápoles, cansado y sin las llegadas de Insigne, buscaba desesperadamente la hazaña sin puntería, mientras que el City intentaba más bajar el ritmo que marcar el 3-1. El marcador no se movió: Guardiola pudo llevarse tres puntos que le dejan con un pie en octavos y para el Nápoles, en cambio, una derrota con la cabeza muy alta que confirma lo que el técnico catalán dijo en la víspera. El equipo de Sarri puede llegar muy lejos.