Dice Javier Calleja, técnico del Villarreal, que el Girona es un equipo muy duro de ganar. Que es un equipo que tiene una idea y una forma de jugar muy intensa y muy trabajada. Para el técnico amarillo el equipo de Pablo Machín es un equipo diferente, con una idea de juego y un sistema diferente. Curiosamente se enfrentan dos equipos que juegan con un sistema diferencial, una forma de jugar más atípica de lo normal.
El Girona juega con un 3-5-2, con mucho peso de los laterales, en el que la acumulación de jugadores en el medio es clave. Mientras que el Villarreal de Calleja lo hace con un 4-4-2 más típico, pero que su disposición en el campo, lo hace diferente. Los amarillos juegan en rombo, integrando a los jugadores de banda más por el centro. Ello deja las bandas para los laterales, dejando que todo el carril sea para su incorporación y desequilibrio. Por lo que si no hay variaciones en el planteamiento de ambos técnicos, los nombres propios de este partido.
Por el lado local con Pablo Maffeo y Aday Benítez, mientras que por parte amarilla con Jaume Costa y Mario Gaspar. La buena noticia para el Villarreal es que tras un arranque con muchos problemas en esa demarcación, podrá contar por primera vez con los cuatro jugadores de la misma. Con un Mario Gaspar que ha ido recuperándose de un mal arranque de temporada, en el que por lesiones no estuvo fino. Y con la recuperación de Jaume Costa, que ahora mismo y con Marín en fase de adaptación, es imprescindible para el equipo. Además de ser uno de los jugadores más en forma desde que comenzó la temporada.
