Álvaro Jiménez: "Somos unos tíos que nos partimos el alma"

Jíménez tiene pasado blanco. Dejó su Córdoba natal a los 14 años para entrar en La Fábrica. Pasó siete años en el Real Madrid.

Actualizado a 14 de octubre de 2017 04:43 CEST

Jesús RubioDIARIO AS

Bienvenido a Primera División. ¿Cómo lo lleva?

Estoy contento. La Segunda es más agresiva, estaba acostumbrado a que alguien estuviera encima de mí porque los laterales no subían. Desde mi posición hay más libertad y para mi juego me viene bien.

¿Le ha cambiado la vida?

Sigo siendo el mismo.

Usted salió de La Fábrica...

Llegué solo de Córdoba con 14 años. Estuve en todas las residencias. Acepté ese reto y lo pasé mal muchas veces, pero ha merecido la pena. Estoy muy orgulloso de no haberme rendido y estar aquí.

¿De qué quinta es?

Siempre he estado con Marcos Llorente, con Borja Mayoral y alguno más.

¿Qué tiene la cantera del Madrid para sacar tantos talentos?

Una filosofía diferente. Llegas como una estrella en tu equipo y en el Madrid son todos buenísimos y no acabas de aprender. Para mí esos siete años eran como un campamento que dura media vida en vez de quince días.

¿Cómo le ficharon?

Un día llegaron mi tío y mi padre con cinco tarjetas de equipos importantes para que eligiera. Cuando vi la del Madrid, no dudé. Le había prometido a mi abuelo que iba a jugar en el Madrid y lo cumplí. Luego me prometí a mí mismo que jugaría en Primera y aquí estoy.

Tuvo a Zidane... ¿Cómo es?

No sé cómo será en el primer equipo. Yo le estoy muy agradecido porque me dio confianza. Era muy receptivo y cercano y un gran entrenador. A mí me dejaba centrando todos los días. En ese momento parecía pesado, pero la mejora queda para mí.

¿En qué otro aspecto debe seguir mejorando?

Tengo que hacer más goles.

¿Es posible ganar al Madrid?

Somos una familia, unos tíos que nos partimos el alma y vamos a muerte. Vamos a intentar ponerle las cosas muy difíciles.

¿Cuántas veces ha imaginado que mete un gol el sábado?

Cualquier niño del mundo quisiera jugar contra el Madrid y meter un gol. Y si es por la escuadra desde treinta metros, mejor. Si es de churro también me vale (risas).

Y la proyección que tiene ese partido para el futuro.

Me gusta vivir el momento, que es muy bonito y lo llevo soñando toda la vida. Mi familia, que sufrió mucho, ahora me ve jugando ante Messi o frente a Cristiano. Es increíble...