“Una parte de la historia perica sigue en los mercadillos”
Gabriel Martínez colecciona la historia y tiene más de 1.000 piezas: una carta de Zamora, la ficha de Martorell, camisetas de muchas épocas, cuadros, banderines...
Nunca pensó Gabriel Martínez cuando compró en 1980 en un anticuario de Montserrat una espardenya del Espanyol por 1600 pesetas que 37 años después tendría más de 1000 piezas históricas y se convertiría en uno de los mayores coleccionistas pericos. Su santuario se ubica en unos sótanos de apenas 20 metros cuadrados de la calle Lugo del barrio del Carmelo. “Empecé en el 2000. Mi hija me dijo que podía hacer una colección. Y me metí en este mundo. Fui a anticuarios, empecé a recuperar piezas, estuve en los Encantes, busqué por internet… Es un vicio, te entusiasmas. Nunca sabes qué te encontrarás. ”, reflexiona. De fondo, cuadros y banderines históricos adornan este pequeño mundo donde todo es blanquiazul.
Aunque ahora el club está intentando recuperar su memoria histórica, durante décadas apenas guardó sus recuerdos. “El Espanyol nunca se preocupó de su historia hasta ahora. Pienso que nadie ha echado cuentas de lo que tiene el club. Su museo es ahora digno, pero ha estado olvidado. En el estadio hay espacio y la Fundación está por la labor. Pero parte de la historia está en los mercadillos”, explica.
La obra de Martínez, que ha donado un porcentaje de su colección al club, tiene especial devoción por una postal que le envío Ricardo Zamora a su maestro Pere Gibert desde París, la ficha federativa de un joven Alberto Martorell cuando jugaba en la Peña Saprissa o un cuadro de una plantilla del Espanyol en los 60 que servía para posar los vasos cuando Martínez lo recuperó. “Hay jugadores que merecen más reconocimiento del que tienen, como Zamora, Saprissa, Prats, Bosch o Massana”, comentó el coleccionista.
“El valor depende de la situación”, proclama Martínez, quien no se queda con ninguna de las piezas que guarda como oro en paño. “Aquí me paso muchas tardes cuando salgo del taller”, relata. Es mecánico de profesión y, recientemente, una persona popular en el barrio por la trascendencia que está adquiriendo su museo. Camisetas del Espanyol, figuras y juegos pericos, cuadros, portadas de diario de los años 20, 30 y 40, cartas, cromos y también prendas de otras secciones. “Me encantaría que se recuperase la de baloncesto”, comenta, y reconoce que se ha hecho socio de las Seccions Esportives. Un apasionado.
