Schuster se reconcilia con el barcelonismo
En una entrevista a TV3, el alemán rememora su etapa en el Barça y reconoce que su historia con el club catalán fue “amor a primera vista”. Barcelona - Getafe
Bernd Schuster realizó en el nuevo programa de TV3 "Quan s’apaguen els llums" (Cuando se apagan las luces) una confesión que viene a reconciliarle con la afición del Barcelona. Esa que a principios de los años 80 le idolatró y que luego se sintió devastada por la marcha del alemán al Real Madrid. Schuster reconoció que el Barcelona fue un equipo muy especial para él.
"Mi historia con el Barcelona fue amor a primera vista. Total. Fue un flechazo de la gente hacia mí. La gente pensó: 'Este tío es de los nuestros'. Así fue. Y yo me sentí muy cómodo, contento y feliz de jugar aquí. Vivir en Barcelona hasta un cierto momento fue impresionante", recordaba ante el periodista Lluís Canut.
El alemán es perfectamente consciente de lo que significó en Barcelona: "Aquí me he sentido como Dios. Lo he dicho muchas veces. Me trataron como Dios. Yo era un ídolo. Los rubios se cortaron el pelo como yo, a los que jugaban y eran rubios los llamaban como yo... Hubo momentos en los que me asusté por la dimensión que cogía todo. Aquí, por primera vez, vi a un aficionado llorando por perder y me quedé tocado. No sabía qué hacer. Entendí que el Barça es más que un club por la afición, por el campo, por la ciudad... No tenía nada que ver con lo que yo había conocido en Alemania. Aquí todo era de la talla XXL, muchas veces, hablando con amigos, lo explico. Y les digo que para entender al Barcelona hay que vivirlo. Lo que viví en Barcelona no lo olvidaré nunca en la vida".
No obstante, todo se rompió la noche infausta de Sevilla en la final de la Copa de Europa ante el Steaua de Bucarest cuando Venables sustituye a Schuster antes del final del partido, que el Barcelona perdería en la tanda de penaltis ya con el alemán en el hotel. Se le señaló como culpable y llegó el enfrentamiento con el presidente Núñez. Así lo recuerda Schuster en la entrevista de TV3: "Ni por un minuto pensé que tenía que irme. No quería irme. Era feliz. Pero esa respuesta no les gustó (a la directiva). Llegaron a decir que no estaba bien de la cabeza... Cosas desagradables. Llegamos a los juzgados. La siguiente temporada me quedé sin jugar. No me inscribieron. Entrenaba cada día pero el fin de semana me quedaba en casa". Ese fue el momento en el que Ramón Mendoza y Leo Beenhaker aprovecharon para contactar con él. "Tuve una oferta de la Juventus en febrero, finalizaba la era Platini. Me reuní con ellos en Suiza, pero no me veía ahí, en el fútbol italiano. Me iba libre y me pusieron un cheque en blanco. Querían que fuera el sustituto de Platini. Pero decidí no ir. Entonces me llamó Beenhakker y me dijo que fuera al Madrid con él. Nos reunimos con Leo y Ramón Mendoza, el presidente ese momento, y llegamos a un acuerdo", recordó.