Tonny Sanabria se convirtió en el hombre del triunfo verdiblanco en el Benito Villamarín. Su sonrisa podía ser quizás más amplia que la del resto de jugadores: tras seis meses sin marcar en competición oficial y dejando atrás un calvario en lo físico, el paraguayo inscribe su nombre en la hoja de ruta de Quique Setién con la clara intención de ser partícipe en este proyecto. Su tanto ante el Real Madrid dio los tres puntos a su equipo y confirmó que regresó para quedarse.
Sanabria llegó al Betis en el verano de 2016 como la mayor inversión de la dirección deportiva liderada por Miguel Torrecilla. Unos siete millones de euros que no encontraron con rapidez el rendimiento deseado: sus lesiones y su falta de adaptación al equipo mermaron sus opciones de mostrar números.
Tras el cierre de la pasada campaña Sanabria decidió operarse del pubis para dejar atrás constantes problemas que condicionaban su rendimiento: más de seis meses después de marcar ante la Real Sociedad en el Villamarín, se reencuentra con el gol y avisa a Setién que quiere protagonismo en su proyecto: "Puse mi intuición para rematar ese balón. Todos soñábamos con ganar al Real Madrid en su estadio".