Pepe Mel va a pecho descubierto
Decía ayer que había llegado el momento de exigirle al Deportivo y tras escuchar a Pepe Mel lo mismo me quedé corto. El madrileño hizo balance del mercado blanquiazul y escapó de los paraguas que tanto les gustan a muchos entrenadores. Ya saben, aquello de que el empedrado suele tener la culpa. Pues él, todo lo contrario. Ensalzó el trabajo de Richard Barral, en especial con la portería, y la cabezonería de Tino con Lucas. Dejó frases como que quiere “un equipo ganador” y que si a esta plantilla no le saca rendimiento será “un fracaso personal”. Dobleces desde luego no tuvo. Fue a pecho descubierto, porque a la mínima que se tuerzan las cosas las escopetas ya saben hacia donde apuntar.
Me gusta este discurso, alejado de otros llenos de lamentaciones antes siquiera de entrar en combate. Mel podía recordar que Lucas ya estuvo dos temporadas en el Depor y en ambas la salvación fue agónica; o que Bakkali lleva dos años casi en blanco; o que Valverde salta de Segunda B a Primera; o que el bloque en el que se sustenta la plantilla es el mismo que el pasado curso sufrió lo indecible. Pero no, Mel optó por jugar a la grande, por no poner límites y por señalarse como el gran responsable de hacer rodar este ilusionante proyecto. Creer es el primer paso hacia el éxito. El segundo, más difícil, es transformarlo en victorias. Pues nada, a por ellas a pecho descubierto.