1x1 de España: Ramos manda, Isco asombra y Villa emociona
Isco hizo los dos goles del partido y burló a Verrati con un caño de escándalo y un sombrero de clase. Gran partido de España, intensa y atractiva como antañoLuis Enrique es el nuevo seleccionador español
De Gea: Hizo una gran parada a Belotti en el 22’ con 1-0 en el marcador y otra en el descuento espectacular. El resto del partido estuvo prácticamente sin tener que intervenir por la buena presión colectiva y la falta de ideas del rival. Dio siempre mucha seguridad en las jugadas a balón parado.
Carvajal: Un pulmón. Su despliegue físico volvió a ser espectacular. Se coordinó muy bien con Koke para poder subir la banda. En defensa fue un muro. Insigne no tuvo opciones para desbordar por fuera. El lateral no dejó ni darse la vuelta a su marcador. Lleva poco tiempo como indiscutible en la Selección pero parece todo un veterano.
Piqué: Fue protagonista por la ya recurrente división de opiniones en torno a su persona. En lo estrictamente deportivo demostró una vez más que su sociedad con Ramos roza la perfección. Bien al corte, clave en el juego aéreo y paciente en la salida de balón. Con Carvajal siempre bien colocado se siente muy cómodo. Así, apenas tiene que salir a banda al rescate, donde sufre en el uno contra uno.
Ramos: Está inmenso. Una pesadilla para Belotti. Se llevó todos los balones por arriba y siempre salió victorioso al corte. Tiró muy bien el fuera de juego con Piqué y supo sacar a su defensa hacia la presión cada vez que Verrati jugaba el balón hacia atrás. Coronó su partidazo con un gran pase de gol a Morata en el 3-0 en una contra que él lideró.
Alba: Muy concentrado en defensa y algo más tímido en ataque de lo que nos tiene acostumbrados. Supo romper bien en diagonal con balón para hacer saltar por los aires la presión. Jugar con Iniesta en ese costado le ayuda a dominar la situación. Físicamente fue un calco a Carvajal en la otra banda.
Koke: Muy trabajador. Fue clave para agrandar la figura de Busquets. Enorme en la presión, inteligente con la posesión y siempre solidario para cubrir la espalda de Silva e Iniesta. Puso buenos balones en la estrategia. Su labor fue más oscura que la del resto de centrocampistas pero fue de las más necesarias.
Busquets: Enorme. Parece otro jugador cuando su equipo tiene el balón. Volvió a desplegar su calidad para jugar a uno o dos toques. Siempre fue la referencia para sacar el balón jugado y para asociarse con los bajitos entre líneas. En defensa, más arropado que en el Barça, se le vio cómodo yendo a la presión. Si él es feliz, al equipo se le nota.
Iniesta: También mostró una versión muy mejorada a la que viene mostrando en su equipo. Se le vio con la frescura necesaria para romper líneas y dio un recital de pases interiores. También fue, gracias a su colocación, clave a la hora de presionar arriba a Italia. Le falta un pelín de velocidad, en parte por la edad y en parte porque la temporada acaba de empezar. El partido ya se le hace largo. Fue sustituido.
Silva: Tocó menos balón que de costumbre pero interpretó a la perfección lo que pretendía Lopetegui poniéndole de falso nueve: que no hubiera una referencia clara arriba para que la acumulación de mediapuntas descolocara a la defensa italiana. El canario no paró de moverse en todo el frente de ataque, favoreciendo que su importancia se centrara, sobre todo, en abrir huecos y vías de pase. Volvió a ser una amenaza llegando desde atrás.
Asensio: Lopetegui le dio la responsabilidad de ser titular y cumplió con nota. Se asoció de maravilla con Iniesta, Isco y Silva. Alargó al equipo para no ser predecible y también poder jugar al espacio o a la contra. No sólo vale el toque. Le faltó algo de precisión para poder sacar su zurda a pasear en los metros finales. No probó a Buffon desde larga distancia en todo el primer tiempo y eso es de lo mejorcito que hace… Lo hizo en el segundo y casi marca.
Isco: El mejor. Sigue creciendo y no se atisba su techo. Tiene tanta confianza que se ha convertido en la referencia ofensiva del equipo para desequilibrar cuando peor pintan las cosas. Suyos fueron dos de los tres goles del partido. El primero con una sutil falta en la que se mezcló su gran toque y la mala colocación de Buffon, que vio cómo el lanzamiento del malagueño superó a la barrera sin poder hacer nada. El segundo lo hizo tras controlar en el borde del área con la tranquilidad de los elegidos. Burló a Verrati con un amago de derechas para poner un zurdazo pegado al palo. El Bernabéu se rindió a sus pies. Como siempre. Vista de blanco o de rojo. Su caño a Verrati y posterior sombrero fueron para enmarcar.
Lopetegui: Sobresaliente. Junto a Isco, el mejor de la selección. Estudió el partido como si le fuera la vida en ello y no hizo más que acertar en cada una de las decisiones que tomó. Igualó la intensidad de Italia con un equipo presionante arriba en la primera línea y supo juntar un centro del campo repleto de jugones para volver a tocar como hace años. España mezcló talento y físico como pocas veces se le ha visto antes tras los últimos fracasos internacionales. El técnico ha afilado el colmillo y ha rescatado el toque.
Suplentes
Morata: Entró por Iniesta, cansado tras un gran desgaste, a veinte minutos del final. Su salida permitió a España fijar a los defensas y liberar a Silva para tener más posesión y como enganche para las contras. En una de ellas el delantero sentenció a placer tras una gran asistencia de Ramos desde la derecha.
Saúl: Salió al campo por Asensio en el 78’, justo después de que Morata hiciera el 3-0, para amarrar el partido. Se sintió como en casa con Koke a su lado.
Villa: Tuvo el premio de volver a jugar con la Selección tres años después. El Bernabéu pidió su salida con el 3-0 y Lopetegui cumplió el deseo de la grada. El delantero calentó con la sonrisa de un niño y se emocionó (y emocionó a todos) cuando saltó al campo en lugar de Isco. No tuvo tiempo para demostrar lo que es: el máximo goleador de la historia de la Selección.