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ESPANYOL

Teruel, el nadador y lateral derecho al que imita Dídac

Fue perico entre los 30 y los 50. Un portento física que vivió también tres etapas en el club, fue internacional y taxista cuando se retiró del fútbol.

Ricardo Teruel.
Jordi Puyaltó

Solo hay un precedente (según el historiador Oriol Pagès) de jugador que, como Dídac Vilà, haya vivido tres etapas diferentes en el Espanyol. Ricardo Teruel, nacido en Gijón en 1917, jugó en tres épocas distintas en la entidad blanquiazul entre las décadas de los 30 y los 50. En aquel caso, y a diferencia del ahora reciente fichaje, Teruel se marchó cedido en dos ocasiones, no fue como Dídac que dos de sus tres etapas llegó procedente de otra entidad.

La historia de Teruel, que recogió brillantemente el historiador Jordi Puyaltó, es completa y nos acerca la figura de este futbolista con cuerpo de nadador (fuertes piernas y gran tronco superior), deporte que practicaba.

En 1932, fue llamado a entrenarse con el filial perico cuando apenas tenía 15 años, donde coincidió con Alberto Martorell, uno los jugadores más emblemáticos de la historia perica. En la temporada 35-36, cobrando 200 pesetas, le llegó el debut con el primer equipo en la posición de lateral derecho, la que más se adaptaba a sus características. “Mi jugada predilecta es cuando el contrario avanza por el lado opuesto al mío y mi compañero de línea se halla en mala posición de cortar el avance; entonces no queda otro recurso que entrar a todo gas, cruzando para interceptar el avance”, relataba en una entrevista de la época.

A Teruel le pilló la época de la Guerra Civil, pero pudo pertenecer a la plantilla que ganó la Copa del Rey de 1940 y que fue finalista un año después. El asturiano, de hecho, marcó de penalti en esa última final ante el Valencia. Al año siguiente llegó a ser internacional.

En 1947 se fue al Mallorca y regreso al año siguiente, afrontando su segunda etapa. Estuvo dos años, ya con un fútbol evolucionado, hasta que se ausentó tres cursos, a caballo entre el Racing y el Sant Andreu. Regresó, en su tercera etapa, para ser testigo del equipo del Oxígeno de Alejandro Scopelli, que finalizó en cuarto lugar dos veces seguidas hasta que se retiró.

Teruel, un portento físico, lo dejó con 37 años. En 1959 recibió un homenaje y luego se dedicó a ser taxista hasta que “no fue demasiado bien”.

Murió en 1975. “Si entre los ángeles celestiales se formase un equipo de fútbol, Ricardo Teruel ocuparía la demarcación de lateral derecho”, escribió la prensa de la época.