Zidane y Mou: dos formas de llevar el Madrid, frente a frente
El portugués se hizo cargo del club blanco tres años, con otros tantos títulos y dejando un vestuario quebrado. El francés llegó como parche y ya ganó una Liga y dos Champions.
El Real Madrid-Manchester United del esta noche en el Levi’s Stadium de Santa Clara (California) enfrentará a los dos campeones europeos del pasado curso y, también, a dos entrenadores con un pasado en común y con dos estilos de llevar un vestuario totalmente antagónicos. Zidane es la calma y el diálogo; Mourinho, la polémica y la excitación. Hablamos de un pasado común porque ambos coincidieron, de hecho, en la etapa del técnico portugués en el Real Madrid. En 2011, Zidane ocupó el puesto que Valdano había dejado en el club blanco, una suerte de director deportivo sin demasiado peso, al ser el propio Mou quien focalizaba las decisiones en lo deportivo, autorizado por Florentino Pérez.
Pero, al igual que le sucedió a Valdano, el galo dejó el puesto antes del inicio de la temporada 2012 para formarse como entrenador, con claros signos de incompatibilidad para trabajar junto a Mourinho. El detonante fue un empate en El Madrigal en la Liga 2011-12 en el que Mou solicitó a los jugadores y el club salir en los medios hablando de una conspiración arbitral: el vestuario se negó y la entidad, con Zidane como comunicador de la decisión, también. La relación se quebró definitivamente en aquel momento. Zidane mantuvo su vinculación con la cantera, pero se distanció del primer equipo mientras el portugués siguiese al mando.
El paso de Mourinho por el Real Madrid aunó luces (algunas) y sombras (bastantes). Tras varias temporadas lejos de los puestos relevantes de Europa, el Madrid volvió a las semifinales de la Champions League, que alcanzó durante tres cursos seguidos con Mou como capitán del barco (si bien nunca pudo llegar a la final ni, por tanto, conseguir el título). Además, se ganó una Copa del Rey muy significativa ante el Barcelona de Guardiola en su mayor momento de esplendor y una Liga con récord de puntos (100) y goles (121). A esos dos títulos hay que sumar una Supercopa de España, también contra el Barça. Pero, por el contrario, el técnico de Setúbal creó un cisma entre la afición, dividiéndola entre los que apoyaban su idea de juego y de club (el contragolpe como método y el enemigo externo como excusa para todo).
El mismo conflicto que generó en el vestuario, en el que acabó peleado con varios de los pesos pesados: Casillas, Ramos, Cristiano, Pepe… Muy significativo fue el caso de Casillas, al que sentó en La Rosaleda a finales de 2012 para darle la titularidad a Adán (y perdiendo 3-2 el partido), justificándolo en la baja forma del portero. En los meses siguientes se filtró desde el cuerpo técnico que el portero no entrenaba como era debido, que estaba pasado de peso y que era un soplón del vestuario… Todo ello dio como consecuencia que en los dos años posteriores a su marcha, Casillas tuvo que vivir con una situación de división respecto a su figura por parte de la grada del Bernabéu, que en ocasiones le dedicó pitos muy numerosos.
El método de Mourinho siempre pudo ser interpretado como el de la mano dura: declaraciones polémicas, conflictos con rivales (incluso llegando a las manos, como con Tito Vilanova y el dedazo en el ojo) y acusaciones a sus jugadores, dentro y fuera del vestuario, cuando algo no era de su agrado. Devolvió al Madrid al club de los más competitivos de Europa, pero su saldo de títulos (tres, uno de ellos menor) a cambio del poder que Florentino le otorgó dentro del club y de la inversión realizada (más de 180 millones en tres temporadas en fichajes) queda, en perspectiva, como más bien escaso.
Y decimos en perspectiva porque al curso siguiente de su salida llegó Ancelotti, que logró cuatro títulos (Copa, Champions, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes) en 2014, con Zidane como segundo entrenador antes de hacerse cargo, al año siguiente, del Castilla. En la 14-15 no llegó ningún trofeo importante y Florentino volvió a optar por la mano dura, cambiando a Ancelotti por Benítez para la 15-16. Pero la situación en el vestuario se hizo insostenible a mitad de curso, debido a la falta de sintonía de los jugadores con el técnico español, y Florentino dio un nuevo volantazo optando por Zidane, un preparador de la línea que podría ser calificada como blanda, la misma de Ancelotti (al que había cesado sólo unos meses antes).
Siempre con una sonrisa en la cara durante las ruedas de prensa, evitando los conflictos y los charcos y gestionando el vestuario por dentro gracias a la autoridad que le otorga ser uno de los mejores jugadores de la historia, Zidane ganó la Undécima en su primera temporada, además de pelear una Liga que estaba perdida meses antes. En la 2016-17, su primera temporada desde el inicio, gozó de una plantilla profundísima y le sacó todo el jugo gracias a rotaciones constantes y a la buena gestión de las estrellas (sobre todo de Cristiano). El resultado no pudo ser mejor: cuatro títulos (Supercopa de Europa, Mundial de Clubes, Liga y Champions) para la mejor campaña en la historia del club más laureado de siempre. Ya acumula cinco en apenas año y medio, por los tres que logró Mou en tres años. El tiempo y los hechos han hablado: en el Madrid, la mano izquierda funciona bastante mejor que la derecha.
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