Neymar brilla en el estreno de Valverde con el Barcelona
El brasileño, en el ojo del huracán por su posible fichaje por el PSG, fue el mejor del partido con sus dos tantos, el segundo un golazo. Chiellini hizo el gol de la Juventus.
Al iluminado que se atrevió los últimos días a decir que por 222 millones llevaría a Neymar a París con un lacito y lo dejaría en las oficinas del PSG debió cambiarle el discurso. En 25 minutos el brasileño había desquiciado a Lichtsteiner, encarado a Marchisio, batido a Buffon y marcado el gol de la temporada en el primer partido de la pretemporada. Hambriento Neymar de balón y el equipo de fútbol, Ernesto Valverde comprobó que el equipo no perdió la exigente presión alta y la buena circulación del balón, aunque el césped parecía una porción de la selva amazónica. Se lo perdió el presidente Bartomeu, ya de vuelta a casa hasta los días previos al Clásico, cuando regresará a Miami.
Neymar brilló. Lo hizo todo como quiso. Vale que estamos en pretemporada y que hay que tener los pies en el suelo, pero ese chico es un superdotado. Hace lo que le da la gana con la pelota y de ello, hasta hoy, supo aprovecharse el Barça, que sigue resistiéndose a verlo marchar al PSG por muchos petrodólares que acaben siendo ingresados en la caja fuerte del Camp Nou. Neymar brilló, decíamos, pero Messi no se quedó corto. Quiso que su compañero destacara, pero él siguió regalando detalles sólo al alcance del mejor de siempre.
Valverde no movió muchas cosas. Salió con un 4-3-3, dándole el ancla del equipo a Samper. Cumplió. El canterano vuelve a estar de exámenes a finales de julio. Quiere hacerse con un dorsal en el equipo profesional y aunque sabe que está complicado, pretende pelarlo. Se movió bien, desplazó la pelota con criterio y siempre vino a ser un apoyo tanto para Rakitic como para Iniesta.
El estreno. Con Deulofeu lesionado, Semedo fue el único de los fichajes en poder jugar. Debe coger el ritmo del equipo y los automatismo que le permitan ser un hombre de confianza para Valverde. Sergi Roberto estuvo siempre atento a echarle una mano en la segunda parte, mientras Luis Suárez comenzó su particular guerra contra todos y Aleñá demostraba que si el entrenador le va dando minutitos, esa zurda y esa zancada le pueden venir muy bien al Barça.