Saja y el Profe Quihillaborda, dos aprendices del método Simeone
Siguen la pretemporada, graban, estudian y aprenden: “Hemos empezado por aquellos que nos son referentes”
Forman parte de esta pretemporada del Atlético. Sebastián Saja (Coronel Brandsen, Argentina, 1979) y su Profe Agustín Quihillaborda (Coronel Belgrano, Argentina, 1975). Sus días tienen los horarios del Atlético. ¿Triple sesión? Madrugón en Segovia, capital, coche y al campo. Allí, desde un rincón, mate en mano, graban, estudian, aprenden. Después del entrenamiento, vuelta a Segovia, descarga de los vídeos grabados, el análisis. “Tenemos muy poco tiempo libre. Quizá en la cena”, dice Saja. Y también el fútbol llena todos los platos. El Método Simeone es la segunda parada de un viaje (la primera fue Bielsa) que durará todo el año y que les llevará por toda Europa y Argentina. Sus cimientos como entrenador son como los de los proyectos grandes, amplios, profundos, metódicos.
“Hemos empezado por aquellos que son referentes para nosotros”. Que sigan la pretemporada no es casualidad. “Es a lo que más jugo le podemos sacar. La base de todo. Técnica, táctica, físico, planificación”. Le dedican sus 24 horas, 15 días, “un sacrificio que merece la pena”, dice Saja. Hace dos meses que colgó los guantes (en el Zaragoza), pero en su cabeza, desde que hizo el curso de entrenadores en Argentina, 2014, está el banquillo, entrenar. Allí conoció a su Profe, a Agustín, que aprovecha su mes de vacaciones en Arabia, donde entrena, para estar en San Rafael. “Era mi alumno más aplicado, nunca faltaba a clase”, bromea el último. Allí congeniaron, se unieron y semillaron este proyecto que en esta pretemporada del Atlético ha comenzado a caminar.
Están infinitamente agradecidos a Simeone y su cuerpo técnico por abrirles sus puertas, dejarles aprender de ellos. Su relación es estrecha, de años. “El Cholo fue el técnico que a mí me devolvió a Argentina”, cuenta Saja. Estaba en Grecia, se fue a Racing, formó parte de aquel equipo campeón, se hizo leyenda en Argentina. “Mi entrenador era Pablo (Vercellone), con su trabajo me hizo ser el menos goleado de aquella temporada”, sonríe. Por eso son el inicio de este viaje a un banquillo. “Estamos recibiendo de ellos más de lo que pensábamos, es un lujo”, dicen. Y coinciden en algo: lo que más les llama la atención del Método Simeone no es un ejercicio (“aunque el Profe siempre te sorprende año a año con algo nuevo, es buenísimo”, comenta Agustín). “Es la complicidad que tienen el cuerpo técnico y la plantilla. Eso es muy difícil de lograr, pero ellos la tienen: sólo se distinguen uno de otros por el traje, unos de negro, otros de rojo”, dicen antes de montarse en el coche rumbo a Segovia. Tienen muchos vídeos que ver y analizar antes de volver a San Rafael, al entrenamiento de por la tarde.