Mbappé responde a AS: "¿Si me quedo en el Mónaco? No lo sé"
A Mbappé le quieren todos los grandes. Estos días deshoja la margarita mientras ultima su puesta a punto con el Mónaco en Suiza.
Ni el propio Kylian Mbappé (18 años) sabe dónde jugará la temporada que viene. A los pies de los Alpes, en la localidad suiza de Saillon, el parisino aguarda noticias sobre su futuro. “¿Si seguiré en el Mónaco? No lo sé”, respondió en inglés y con gesto de complicidad a la pregunta de AS, que estuvo con el francés en el primer entrenamiento del Mónaco en su estadía en Suiza, dejando abierta de par en par la posibilidad de un cambio de aires. Y cuando se le cuestionó si lo hará en España, sonrío, continuó firmando autógrafos y siguió su camino hacia el hotel.
Mbappé fue de los primeros en llegar a las instalaciones y uno de los últimos en marcharse. Apareció junto al central Jemerson, con sus botas color oro debajo del brazo y paseando por un camino privado que comunica el hotel Les Bains de Saillon con el campo de entrenamiento. Allí, en el valle del Cantón del Valais, el Mónaco aísla a Mbappé del ruido del interés del Real Madrid, Manchester City o PSG. Lo hará hasta el próximo jueves 19, día en el que regresarán al Principado de Mónaco, donde el futuro de su estrella es cuestión de estado. Hasta Alberto de Mónaco se posicionó para que se quedara.
A Mbappé se le ve tranquilo en Saillon, como consciente de que su verano va a ser largo. Por ello disfruta del día a día. Bromeó a la hora del calentamiento y de los rondos, se puso serio a la hora de hacer el trabajo físico y afinó la puntería en unos ejercicios de disparo tras centros. Mbappé se cabreaba cuando el balón no entraba y cuando llegaba a la red lo celebraba como si de un gol en un partido se tratara. Ya durante el partidillo, Jardim le ubicó en todo momento junto a Falcao.
En los últimos coletazos del entrenamiento Jardim hizo un aparte con Mbappé. Por sus gestos simplemente le estaba dando alguna indicación táctica, si bien, era también como una manera de estar encima de él. Quería que el delantero sintiera a su entrenador cerca