El mítico Rayo de la UEFA sigue fabricando entrenadores
Míchel ha sido el último técnico en germinar y se une a la lista que componen Luis Cembranos, Bolo, Alcázar y el seleccionador nacional Lopetegui y su segundo, Pablo Sanz. También hay ilustres segundos.
La plantilla del Rayo de la 00-01 hizo historia. Gracias al 'fair play', el conjunto vallecano disputó la UEFA y los pupilos de Juande fueron eliminando equipos (Constel·lació Esportiva, Molde, Viborg, Lokomotiv y Girondins) hasta cuartos de final. Un hito para el club, que vivió entonces su página más célebre. Además, aquel vestuario fue el germen de una nueva generación de entrenadores que tiene en Julen Lopetegui, el seleccionador nacional, a su mayor exponente.
Lopetegui
El estreno de Lopetegui en los banquillos fue precisamente en el Rayo, donde había defendido la portería cinco temporadas (97-02, viviendo un ascenso a Primera y colgando los guantes al bajar a Segunda). Tomó las riendas del equipo en la 03-04, pero sólo estuvo diez jornadas. Los resultados provocaron su destitución y lo terminaría relevando D'Alessandro, a quien a su vez sustituyó Rojo, en una temporada fatídica, en la que los franjirrojos descendieron a los infiernos de la Segunda B. Después pasó por el Castilla y por las categorías inferiores de la Selección, donde ganó el Europeo Sub-19 de 2012 y la Eurocopa Sub-21 de 2013. Tras su experiencia en el Oporto de Champions ya dio el salto a la Absoluta para la que tiró de su compañero Pablo Sanz, a quien previamente se llevó al club portugués para la Academia.
Pablo Sanz
Pablo Sanz se adueñó del mediocampo vallecano durante siete campañas (97-04) y coincidió con el Julen entrenador y técnico. Participó en el ascenso de la 98-99 y en los descensos a Segunda y Segunda B en las 02-03 y 03-04. Su nueva vida en los banquillos se inició en el Castelldefels, luego fue al Cornellà y le eligieron seleccionador Sub-18 de Catalunya y el segundo de Cruyff con la absoluta. De la mano de la Federación de Costa Rica vivió una nueva experiencia supervisando las categorías inferiores, antes de reencontrarse con Lopetegui en el Oporto e ir de la mano como su segundo a España.
Bolo
Hasta la llegada de Alberto Bueno, Jon Pérez Bolo había sido el máximo goleador histórico del Rayo en Primera con 25 tantos en 127 encuentros desde el 99 hasta 2003. El delantero cogió al Arenas de Getxo en Tercera (13-14) y lo subió a Segunda B (14-15), donde se ha consolidado y aspira a meterse en la Copa del Rey. Antes estuvo de coordinador deportivo del Barakaldo.
Cembranos
Luis Cembranos siempre será recordado como el último rayista en jugar con la Selección (Anero fue convocado y Guzmán participó en el Mundial del 78). Sus primeros pasos como míster los dio en el Huracán Z, de la Tercera leonesa de 2007 a 2009. Dos años después aterrizó en la Cultural Leonesa, a quien consiguió ascender a Segunda B (12-13) y donde estuvo hasta 2014. Ya en 2015 participó en las sesiones AFE y posteriormente formó tándem con Milla, como su segundo, tanto en el Lugo como en el Zaragoza en su aventura en la categoría de plata.
Alcázar
Alcázar también se ha ido haciendo un nombre en la Segunda B a base de trabajo. Quien fuera defensa de la Franja nueve temporadas (93-02) ha pasado por los banquillos del Extremadura, a quien estuvo a punto de dar la permanencia a pesar de todas las dificultades económicas sufridas; del Cacereño, del Sporting Villanueva, del Badajoz y del Mérida.
Míchel
El último en dar el gran salto ha sido Míchel. El capitán fue uno de los símbolos del rayismo en el terreno de juego y ahora, desde el banquillo, ha devuelto la fe a la parroquia vallecana a base de buen juego y de una racha de resultados que les ha sacado del descenso. El centrocampista colgó las botas al término de la 2011-12 y se quedó como director del área de metodología, ejerciendo de enlace entre el primer equipo (entonces dirigido por Paco Jémez) y la cantera. Este curso se estrenó en los banquillos al frente del Juvenil A y cogió las riendas del primer equipo en una situación crítica.
"Con Cembranos, Pablo Sanz y Lopetegui hablo cada semana. A Coke le tengo en un grupo con Cobeño y Salva. Bolo entrena al Arenas y charlo mucho con él. Son amigos y me mandan consejos en el día a día. Son optimistas y un punto de apoyo", confesó recientemente Míchel a AS, el último en salir de una hornada mágica.
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