Toché y Domínguez consolidan al Oviedo en el playoff
Los tantos del equipo asturiano, en el minuto 2 y en el descuento de la segunda mitad, les valió por una victoria que les permite permanecer arriba.
Con un chispazo inicial, algo de sufrimiento y la sentencia en el añadido, el Oviedo mantiene su candidatura como serio candidato al play-off. Lo hace, como se ha acostumbrado a hacer, apoyándose en el Tartiere. Los de Hierro sumaron su séptima victoria consecutiva como locales al imponerse 2-0 a un UCAM que quiso el balón pero al que le faltó colmillo.
Hierro había advertido durante la semana sobre la peligrosidad del UCAM y no había dudado a la hora de calificar el partido de final. Y echa chispa que el malagueño demandaba a los suyos se vio desde el inicio. A los dos minutos, Morillas se relajó cuando iba a despejar y Toché olió la presa: se adelantó, controló y definió abajo, con el interior, en un gesto eficaz que puso el 1-0. La acción allanó el camino del Oviedo en el partido y obligó al UCAM a estirarse.
Los murcianos buscaron a Jona en todo momento: en jugada trenzada y en el balón largo, pero el Oviedo defendió con suficiencia. El ariete se escapó de la vigilancia a los 8 minutos pero, tras controlar en el área, Juan Carlos detuvo su intento. El partido entró en un ritmo monótono, solo sacudido por alguna acción del Oviedo a la contra, siempre por las bandas, donde Susaeta y Berjón se encontraron a gusto. El UCAM parecía conforme con el desarrollo y solo protestó justo antes del descanso, con un disparo de Iban Salvador que se fue cruzado.
La segunda parte sí mostró a un UCAM más decidido. Los de Francisco dieron un paso al frente, ante el conformismo azul. Pero a los murcianos les faltaba picante en ataque: solo Collantes probó desde lejos. Intentó la reacción el técnico visitante metiendo en el campo a Basha y Nono. Pero a los murcianos seguía faltándoles un punto en ataque. Christian Fernández se lesionó mediado el segundo tiempo y Hierro se vio obligado a recomponer su zaga, una invitación para que el UCAM hiciera daño. Pero el Oviedo reaccionó con naturalidad: con Costas como improvisado lateral, el equipo no pasó problemas.
La sentencia llegó en el tiempo de prolongación. Michu recibió en el área y cedió al centro, donde se incorporaba Borja Domínguez. El gallego definió con elegancia: zurdazo a la red. El Oviedo sigue sumando, mantiene su fortín en el Tartiere (siete victorias consecutivas) y lo hace con la fórmula conocida: pólvora en ataque y seriedad en defensa. El UCAM se vuelve de vacío sin moverse del pelotón de los que buscan escapar del descenso.
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