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ESPANYOL 1-0 ALAVÉS | LA CONTRACRÓNICA

Jornada de subidón en la montaña rusa del Espanyol

Tras el desastre en San Mamés, el Espanyol volvió a tirar de oficio para vencer al Alavés y regresar el estado de felicidad a la afición blanquiazul. Los ánimos y los sueños vuelven a estar en lo más alto.

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Jornada de subidón en la montaña rusa del Espanyol
Toni AlbirEFE

 Ley de atracción. Quique, el Espanyol quiere soñar. Es cierto que el club vive una constante montaña rusa y que el objetivo esta temporada no era Europa, pero un final de Liga sin objetivo no es bueno para nadie. Además, entrando en temas místicos, si eres negativo estás transmitiendo eso al universo y no podrá devolverte algo que no estás pidiendo. El triunfo ante el Alavés demuestra que debes quemar tus balas. Vuelves a estar en la cresta de la ola y se entra con el pie derecho en Semana Santa. Hay que ir al paso y mostrar devoción por aquello que se quiere y se siente. Y en los ojos de la afición del Espanyol se nota que tienen ilusión.

‘Show must go on’. Todo espectáculo implica una diversión pública y si Barcelona vibró el viernes con Bruno Mars, este sábado lo ha hecho con el Espanyol. El conjunto de Quique rozó en la segunda parte momentos de buen fútbol y emoción (faltó el gol de la tranquilidad) y dará el relevo al concierto que ofrecerá mañana Ed Sheeran en el Sant Jordi. En su repertorio está el tema ‘happier’ (más feliz) y sin duda, con la racha actual de cuatro triunfos seguidos en casa es para estarlo.

Estrategia. Como ya sucedió en la última jornada en casa, contra el Betis, una acción a balón parado volvió a dar alas al Espanyol. La jugada fue calcada, con un balón en largo hacía la ‘zona muerta’ del área y en el rechace aparece el goleador. Contra el Alavés le tocó a Piatti, que sigue con su duende. El extremo blanquiazul ya suma diez tantos en Liga (lleva también nueve asistencias) y alcanza su tope en Liga. Quique le dio la confianza y él está haciendo méritos para ser un jugador importante y de recorrido en este club.

Bem-vindo. 118 días después, Leo Baptistao volvió a pisar un terreno de juego. En el calentamiento ya notó el aliento de la afición del Espanyol y tras sustituir a Caicedo el calor fue aún más intenso. El delantero vuelve a sonreír tras una larga travesía por el desierto y llena de esperanzas a una hinchada que quiere soñar con Europa. Está difícil, pero los refuerzos ya están aquí. Solo tardó 30 segundo en tener una ocasión. Pudo pasar el balón a Jurado, pero sus ganas e instinto de ‘killer’ predominaron. Ya está aquí.

La aspirina. José Manuel Jurado es un futbolista diferente. Eso sí, su frialdad en ocasiones desconcierta y pasa del ‘oh’ de admiración al ‘oh’ de lástima por la ocasión perdida con tanta facilidad como le salen los controles inverosímiles o los caños que dejan tiritando al rival. La afición blanquiazul volvió a levantarse de sus asientos, pero no acaba de culminar una jugada. Quizás sea lo que le falte eso para ser el jugador que se convierta en héroe de Cornellà-El Prat. En las oposiciones la teoría la tiene más que aprendida, pero aún debe aprobar la práctica.