Luismi Marín dimite como entrenador del Espanyol
Rubén Rodríguez se hace cargo y tendrá el reto de salvar al equipo. Si lo logra, el club deberá invertir el próximo año para no quedarse rezagado.
Luismi Marín dimitió en la noche del miércoles como entrenador del Femenino A, equipo que se mantiene en la zona de descenso y que lleva una racha de 11 jornadas sin ganar. Aunque la distancia con la permanencia está a solo un punto, apenas quedan seis jornadas para finalizar el campeonato. Rubén Rodríguez, joven técnico de las categorías inferiores durante las última cuatro campañas, se hará cargo del equipo hasta final de curso y tendrá el difícil reto de lograr la salvación.
La dimisión de Marín se fraguó la misma tarde del miércoles. Preocupada por la gestión del grupo y los resultados, Titi Camúñez, directora deportiva, se reunió con el entrenador para comunicarle que a partir de ahora Rubén Rodríguez, campeón de Liga con el cadete femenino, sería su mano derecha, con tal de ayudar a reconducir la situación y a tener un contacto más cómplice con las jugadoras. Pese a que en un primer momento Marín no se pronunció, después de la sesión de entrenamiento (que constó de un partido entre el Femenino A y B), el técnico le comunicó a Titi su renuncia.
Según los responsables del Femenino, quienes trajeron a Marín por su cualificación como entrenador, ha faltado química entre el vestuario y el técnico, por eso la inclusión de Rubén en el organigrama. Uno de los aspectos que señalan es que “no hay entrenadores cualificados que tengan experiencia en entrenar a primeros equipos femeninos”. Por eso mismo, algunos de los últimos técnicos, como Diego Morata, Óscar Aja, Emilio Montiagut o Luis Carrión venían del mundo masculino.
Con un presupuesto deportivo (solo en la configuración de la plantilla) de 140.000 euros, el Espanyol cuenta con una de las inversiones medias tirando a bajas de una Liga que ha mejorado el nivel: el Santa Teresa, rival perico en la próxima jornada, ha fichado a siete extranjeras este curso. La entidad blanquiazul deberá salvar esta situación e invertir si no quiere quedarse atrás justo cuando el tren de la Liga femenina empieza a coger velocidad.